"(Ndayishimiye) formuló varias acusaciones infundadas e incendiarias destinadas a incitar la división entre los ruandeses y poner aún más en peligro la paz y la seguridad de la región de los Grandes Lagos", indicó el Gobierno de Ruanda en un comunicado recogido este martes por los medios locales.
"Es preocupante que alguien intente socavar el progreso de Ruanda llamando a los jóvenes ruandeses a derrocar a su Gobierno. Pero que un líder de un país vecino lo haga desde una plataforma de la Unión Africana (UA) es profundamente irresponsable", añadió el documento.
Sin embargo, Ruanda indicó que no tiene "ningún interés en crear conflictos" con sus "vecinos", y aseguró que seguirá trabajando con sus socios en la región y en otros lugares "para fomentar la estabilidad y el desarrollo continuado".
Las autoridades ruandesas reaccionaron así a las declaraciones de Ndayishimiye, que el pasado domingo acusó a Ruanda en Kinsasa, durante un acto respaldado por la UA, de cooperar con el grupo rebelde RED-Tabara, que desde la vecina República Democrática del Congo (RDC) se opone al Gobierno burundés y de vez en cuando organiza ataques dentro de su territorio.
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No es la primera vez que Ndayishimiye acusa a Kigali de colaborar con esos insurgentes, lo que supuestamente llevó al Gobierno burundés a cerrar sus fronteras con Ruanda a principios de este mes.
"A estos grupos armados se les ha proporcionado refugio, comida, oficinas y dinero del país que los alberga... Me refiero a Ruanda", dijo el mandatario de Burundi en un evento público a finales del pasado diciembre, días después de que RED-Tabara matase a 20 personas en un ataque en suelo burundés.
RED-Tabara negó estar involucrado en la muerte de civiles, sólo de soldados, y rechazó haber estado recibiendo apoyos de Ruanda.
El Ejército de Burundi era parte de la fuerza regional que la EAC desplegó en el este de la RDC en 2022 para detener el avance del poderoso grupo rebelde Movimiento 23 de Marzo (M23), que presuntamente cuenta con el apoyo de Ruanda.
Pero el Gobierno congoleño se negó el pasado mes de diciembre a extender el mandato de esa fuerza regional, y los soldados de Burundi, Kenia, Uganda y Sudán del Sur que participaban en ella a abandonaron el país.
Los informes de las Naciones Unidas han confirmado la colaboración de Ruanda con el M23 en varias ocasiones, pero Kigali siempre la ha negado.
