Ascienden a 27 los muertos por bombardeos en combates entre el Ejército y el M23 en RDC

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Kinsasa, 26 ene (EFE).- Un líder de la sociedad civil informó hoy de que aumentó de 19 a 27 el número de civiles muertos por bombardeos este jueves en el noreste de la República Democrática del Congo (RDC) atribuidos por el Ejército al grupo rebelde Movimiento 23 de Marzo (M23), que culpó a los militares del suceso.

Los hechos ocurrieron en la localidad de Mweso, a unos veinte kilómetros de Goma, capital de la provincia de Kivu del Norte.

"Ha aumentado el número de civiles muertos por estos bombardeos de los rebeldes del M23", indicó a EFE por teléfono el portavoz de la sociedad civil de Mweso y refugiado en Goma por la inseguridad, Julien Kiangumba.

"Descubrimos ocho cadáveres de civiles que vivían en esta localidad liberada por las fuerzas de (la milicia) Wazalendo y las FARDC (Fuerzas Armadas de la RDC)", subrayó.

"Esta localidad ocupada por los rebeldes del M23 fue liberada por las autodefensas de Wazalendo y, enojados, estos rebeldes del M23 que habían huido hacia el centro de Mweso comenzaron a lanzar bombas provocando víctimas entre los civiles", aseguró Kiangumba.

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El M23 y el Ejército se acusaron mutuamente de haber matado este jueves al menos a 19 civiles, incluidos varios niños, en Mweso, donde ambos bandos batallaban por el control de la localidad.

Las FARDC aseguraron este jueves que el M23, apoyado por el Ejército de la vecina Ruanda, lanzó 120 bombas de morteros contra Mweso después de intentar sin éxito desplazar las posiciones del Ejército y constatar la pérdida de control de esa localidad.

El Ejército congoleño dijo que murieron 19 personas, pero el M23 elevó esa cifra a 20 y responsabilizó a las FARD de la matanza.

El M23 resurgió en marzo de 2022 después de varios años de escasa actividad y en pocos meses consiguió ocupar numerosas áreas y localidades estratégicas en el este de la RDC, pero se retiró de algunas de esas zonas a mediados de 2023 por la presión de los líderes de la Comunidad del Este de África (EAC).

Sus combates se reactivaron el pasado 1 de octubre, tras meses de calma relativa.

Las ofensivas del M23 han desencadenado una escalada de tensiones entre la RDC y Ruanda por la presunta colaboración de Kigali con el grupo rebelde, un extremo que las autoridades ruandesas siempre han negado, pese a haber sido confirmado por la ONU.

A su vez, Ruanda y el M23 acusan al Ejército congoleño de cooperar con las rebeldes Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR), fundadas en 2000 por cabecillas del genocidio de 1994 y otros ruandeses (hutus) exiliados en RDC para recuperar el poder político en su país.

Esa colaboración también ha sido confirmada por la ONU.

Desde 1998, el este de la RDC está sumido en un conflicto alimentado por milicias rebeldes y el Ejército, a pesar de la presencia de la misión de paz de la ONU en el país (Monusco).