Su antiguo ministro Frank Münterfering declaró este viernes que no le piensa felicitar, ya que está "decepcionado" por la manera en la que el excanciller ha rehusado condenar los "crímenes" de Putin.
"Si su relación con Rusia hubiera sido autocrítica, hubiera sido en retrospectiva realmente un gran canciller, que ha logrado mucho", criticó por su parte el exjefe socialdemócrata y exministro de Economía Sigmar Gabriel en declaraciones al medio 'RND'.
El propio Schröder, que tras abandonar el cargo se convirtió en lobbista del sector energético ruso, no ha ahorrado en críticas a la dirección actual de su partido, a la que calificó este viernes de "provinciana" en una entrevista con el diario 'SZ'.
"Si yo hubiera estado en el 15 % (de intención de voto) hubiera dimitido de inmediato", afirmó, en relación a la impopularidad del canciller Olaf Scholz.
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Acusó a su antiguo partido de haber "perdido el norte" y de transmitir a los votantes que en lugar de los trabajadores solo le importan los receptores de ayudas sociales, la legalización del cánabis o el género.
En un documental sobre su figura publicado esta semana con motivo de su cumpleaños, Schröder se refirió además al secretario general de la SPD, Kevin Kühnert, como "pobre tipo" y reiteró su postura de que en Rusia hay "elecciones libres".
La cúpula de su partido le instó reiteradamente a raíz de la guerra de Ucrania a romper su relación con el líder del Kremlin y incluso se activaron distintas iniciativas por parte de agrupaciones locales para suspenderlo como militante, finalmente rechazadas por la comisión de arbitraje del SPD.
El político socialdemócrata ha "lamentado" en sucesivas declaraciones la guerra en Ucrania, aunque sin condenar a Rusia, y ha defendido su relación con Putin.
En sus tiempos en la cancillería, Schröder dio al presidente ruso rango de aliado político y amigo. Fruto de esos lazos fue la construcción del gasoducto germano-ruso Nord Stream, acordada entre Berlín y Moscú en 2005, poco antes de ser apeado de la Cancillería por la conservadora Angela Merkel.
Unos pocos meses después de esa derrota, pasó a ocupar ya puestos en consejos de administración relacionados con el gasoducto y otras empresas estatales controladas por el Kremlin.
Esta supuesta "puerta giratoria" fue ya un asunto complejo para el SPD entonces y se agravó ahora a raíz de la guerra de Ucrania.
En mayo de 2022 y en medio de fuertes presiones, renunció a sus cargos en el consorcio petrolero ruso Rosneft, cuyo consejo presidía desde 2017, y también a su nominación para ingresar en el de Gazprom.