"Puedo confirmar que efectivamente el Gobierno británico, a través del ministro de Asuntos Exteriores y el viceministro para África se acercó a Botsuana a través de canales diplomáticos para recibir inmigrantes ilegales que tienen como destino el Reino Unido, pero no accedimos a su solicitud", afirmó Kwape en declaraciones a la televisión sudafricana Newzroom Afrika a última hora de este martes.
Preguntado por qué Londres se dirigió al país africano, el ministro, que no precisó la fecha de la solicitud, contestó: "Estoy seguro de que ellos están en mejores condiciones que nosotros para responder eso. Sólo se nos preguntó y quiero decir que tal vez debería retroceder en la historia, que Botsuana siempre ha sido un refugio para las personas que huyen de la persecución".
En opinión del jefe de la diplomacia botsuana, "claramente el Gobierno británico no quiere a estas personas en su país" y desea enviarlos a "un país lejano"
"Tenemos suficiente problemas que estamos enfrentando, especialmente problemas de inmigración en nuestro vecindario. Por eso creo que recibir inmigrantes no deseados de otro país mientras nos ocupamos de nuestros propios problemas en la región sería injusto para Botsuana", explicó Kwape.
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El titular de Asuntos Exteriores señaló que el Reino Unido no fue "explícito" sobre qué tipo de migrantes se mandarían a Botsuana, aunque "en nuestras interacciones se mencionaba a los afganos".
"Botsuana está en una posición en la que simplemente no podemos aceptar migrantes, migrantes ilegales de un tercer país mientras estamos lidiando con nuestros problemas de inmigración en la región", zanjó.
Kwape hizo esas declaraciones después de que este martes la portavoz del Gobierno ruandés, Yolande Makolo, aplaudiera la aprobación de la controvertida ley que permitirá el envío a Ruanda de migrantes irregulares procedentes del Reino Unido.
Fue la primera reacción del Gobierno ruandés sobre la aprobación de la polémica ley este lunes por la noche en el Parlamento británico.
El objetivo del texto, una de las promesas del primer ministro del Reino Unido, Rishi Sunak, era considerar Ruanda como un país seguro, después de que el Tribunal Supremo -máxima instancia judicial- concluyese que la nación africana no era segura porque los migrantes podrían ser devueltos a sus países de origen, de los que huyeron.
Sin embargo, Makolo incidió en la seguridad para los solicitantes de asilo y puso como ejemplo la colaboración con el Alto Comisionado de la ONU para los Refugiados (ACNUR) en la protección de migrantes libios que fueron trasladados a "un lugar seguro" en Ruanda.
Sunak dijo este martes que "nada se interpondrá" en su objetivo de deportar a Ruanda a los migrantes que han cruzado el Canal de la Mancha, entre Francia e Inglaterra, de manera ilegal, después de que el Parlamento aprobase la legislación que da luz verde a ese plan.
El primer ministro adelantó este lunes que los vuelos para deportar migrantes que han cruzado de manera ilegal el Canal de la Mancha empezarán a despegar en diez o doce semanas.
Londres pagó a Kigali una partida inicial de 220 millones de libras esterlinas (más de 255 millones de euros) y se comprometió con 370 millones más (unos 429 millones de euros) como compensación por el envío de solicitantes de asilo a Ruanda durante cinco años.