Este monumento, que ya ha cumplido 27 años, está cubierto desde esta semana por andamios como parte de unos trabajos que se prolongarán durante todo el mes, indicó Handicap, la oenegé que tuvo la idea de erigirlo en 1997 para recordar su lucha contra las armas prohibidas por las convenciones internacionales.
La silla será repintada y volverá a ser visible para los muchos turistas que frecuentan la Plaza de las Naciones - donde se encuentra- a principios de agosto, indicó la oenegé, que agregó que en la restauración están implicados el artista Daniel Berset y los estudios de carpintería Louis Genève y Charpente Concept, que ya participaron en la creación del monumento hace más de un cuarto de siglo.
La silla de 5,5 de toneladas de madera de pino se instaló en la plaza el 18 de septiembre de 1997, cuando se negociaba el tratado de Ottawa para la prohibición de las minas antipersona.
La idea inicial era retirarla cuando el tratado se firmara, algo que sucedió en diciembre de ese año, pero para entonces ya era tan popular entre los ciudadanos de Ginebra que se decidió mantenerla, a modo de versión modesta de la Torre Eiffel parisina, otro monumento inicialmente pensado para ser efímero que acabó quedándose.
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En 27 años el monumento ha ido ampliando su simbolismo: en 2008 Handicap Internacional añadió entre las víctimas que homenajea las de las bombas de racimo, y en 2017 a todas las de armamento explosivo en ataques contra civiles.
Además, desde su nacimiento, la Silla Rota es la convidada de piedra en cientos de protestas de todo tipo, ya que la Plaza de las Naciones es el lugar tradicional para manifestarse frente a la ONU para cualquier causa.
