La organización señaló que ninguno de sus trabajadores ha resultado herido en el ataque, mientras que las instalaciones han sufrido graves daños, así como algunos de sus vehículos y materiales, según un comunicado.
"Este ataque muestra las difíciles condiciones en las que las organizaciones de ayuda humanitaria operan en zonas en conflicto", señaló la FSD, cuyo director Hansjörg Eberle indicó a los medios suizos que no creía que el ataque se dirigiera deliberadamente contra ellos.
En el comunicado, la fundación pidió a las partes en conflicto que hagan esfuerzos por garantizar la seguridad del personal humanitario, así como del resto de la población civil.
El ataque ha sido condenado por el Gobierno suizo, que recordó que las agresiones a organizaciones humanitarias en zonas en conflicto constituyen una violación del derecho internacional.
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FSD comenzó a trabajar en labores de desminado en 2015 en el Donbás, la región del este de Ucrania ya entonces afectada por el conflicto, y mantiene a unos 600 trabajadores en tres provincias de esa zona del país.
