"El Gobierno egipcio lleva mucho tiempo siendo un carcelero de periodistas, al procesar y encerrar a trabajadores de los medios de comunicación únicamente por su trabajo legítimo. La persecución del periodista y el caricaturista en cuestión de días demuestra una vez más a los trabajadores de los medios de comunicación de Egipto que el contenido crítico puede llevarlos a la cárcel, aunque sea satírico", dijo en un comunicado el investigador sobre Egipto para AI, Mahmoud Shalaby.
El pasado 22 de julio, la policía detuvo "arbitrariamente" en su casa de Guiza a Ashraf Omar, dibujante satírico para Al Manassa, uno de los pocos medios de comunicación independientes que quedan en el país.
Su detención se produjo días después de que, el 16 de julio, la policía arrestara también "arbitrariamente" en su domicilio de El Cairo a Khaled Mamdouh, periodista del sitio web de noticias 'Arabic Post'.
"Las autoridades sometieron a ambos hombres a desaparición forzosa durante periodos que oscilaron entre dos y cinco días antes de ponerlos a disposición judicial", señaló AI.
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Amnistía Internacional pidió a las autoridades egipcias que pongan en libertad de inmediato a ambos profesionales y "retirar todos los cargos contra ellos, ya que se derivan exclusivamente de su trabajo en los medios de comunicación".
Las detenciones de los profesionales de la comunicación se produjeron pocos días antes de que se debatiera la cuestión de la detención preventiva durante el "diálogo nacional", una iniciativa presidencial lanzada el año pasado que sirve de plataforma para el diálogo entre la oposición y el gobierno sobre diferentes cuestiones.
El 22 de julio, los miembros del "diálogo nacional" dieron las gracias al presidente egipcio, Abdel Fattah al Sisi, después de que la fiscalía ordenara la puesta en libertad de 79 personas en prisión preventiva que estaban recluidas por "ejercer sus derechos humanos y por motivos políticos", entre ellos estudiantes que crearon un movimiento en apoyo a Palestina.
Al menos 14 periodistas permanecen entre rejas en Egipto por su trabajo en los medios de comunicación o por publicar contenidos críticos, según AI.
Egipto ocupa el puesto 170 de un total de 180 en el Índice de Libertad de Prensa de 2024, según Reporteros Sin Fronteras (RSF), que denuncia que el país "continúa siendo uno de los mayores carceleros de periodistas del mundo".