Yumakli informó de que los bomberos ya habían conseguido controlar los dos focos en la provincia de Mugla, que ayer obligaron a cerrar la principal autovía del suroeste de Turquía, y que volvió a estar operativa la pasada madrugada.
El ministro confirmó que también se ha logrado controlar un foco en la provincia vecina de Aydin, aunque siguen las labores de enfriamiento del área afectada.
Ya ayer se apagaron los incendios en la periferia norte de Esmirna, la tercera ciudad de Turquía, otro en la zona turística de Urla y un gran incendio en la boscosa provincia de Bolu, al este de Estambul.
Actualmente, el único foco en el que aún se continúa luchando para controlar el fuego es el de Menderes, al sur de Esmirna, indicó Yumakli en su cuenta en X.
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El ministro ha declinado hacer estimaciones de las hectáreas calcinadas, en gran parte bosques de pinos y campos.
El presidente del organismo público de emergencias turco AFAD, Okay Memis, indicó hoy a la agencia turca Anadolu que en la decena de grandes incendios declarados desde el jueves pasado fueron evacuadas 4.700 personas.
Solo en las provincias de Esmirna, Manisa y Aydin se han contabilizado 142 edificios afectados por el fuego, de los que un centenar han sufrido graves daños, indicó Okay.
Aunque este verano las temperaturas no son extremas, la ola de calor veraniego empezó ya a inicios de junio, más temprano que otros años, provocando una sequedad inusual en la vegetación y escasez de agua en algunas regiones.
Yumakli ha advertido de que durante la próxima semana seguirá habiendo un altísimo riesgo de incendios y ha rogado a la ciudadanía no encender "ni una cerilla" en áreas abiertas.