Los dos ciudadanos "han cometido acciones de traición de su patria, incorporación a entidades terroristas, y apoyo y financiación del terrorismo y de acciones terroristas", apuntó el departamento en un comunicado.
Afirmó que también estaban acusados de "posesión de armas y munición que escondían en una granja de un miembro de la entidad terrorista para utilizarlas en la agresión y para perturbar la seguridad", así como "incitaron a otros a incorporarse a entidades terroristas en zonas de conflicto y ayudaron a elementos terroristas a esconderse".
El veredicto fue ratificado por el Tribunal Supremo saudí y fueron ejecutados este domingo en Riad, se apunta en la nota.
El ministerio anuncia esta medida para "reiterar su interés en la estabilidad, la seguridad y la justicia, y en hacer frente a quien intente perjudicar la seguridad de la patria o exponer su unidad a peligro. El castigo legal será el destino de quien permita a si mismo cometer esas acciones".
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A pesar de sus reiteradas promesas de limitar la pena capital, las autoridades saudíes han incrementado las ejecuciones al tiempo que incumplen sistemáticamente las normas internacionales sobre juicios justos y las salvaguardias para los acusados, de acuerdo a Amnistía Internacional.
Las autoridades también han utilizado la pena de muerte para silenciar la disidencia política, castigando a ciudadanos de la minoría chií del país que apoyaron las protestas "antigubernamentales" entre 2011 y 2013, recordó la ONG.
El pasado 4 de diciembre el país alcanzó la cifra de 304 en el año, una cifra nunca vista en los registros del reino, según confirmaron a EFE responsables de la Organización Europea-Saudí para los Derechos Humanos (ESOHR, en inglés), quien añadió que decenas de personas más podrían ser ajusticiadas "en cualquier momento".
