Los partidos alemanes se polarizan antes de las elecciones por la crisis migratoria

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Salvador Martínez Mas Berlín, 18 feb (EFE).- Los ataques a manos de solicitantes de asilo en Alemania han devuelto el debate migratorio al primer plano de cara a las elecciones del próximo domingo y han llevado a un endurecimiento de las propuestas por parte de los conservadores, dispuestos incluso a recabar el apoyo de la ultraderecha, que pretende sacar rédito de un tema que es su principal punta de lanza.

Tres el atropello masivo en Múnich perpetrado la semana pasada por un ciudadano afgano, el ataque con cuchillo en Aschaffenburg en enero cometido también por un afgano y el ataque en un mercadillo de Navidad en diciembre en Magdeburgo por parte de un ciudadano saudí, la cuestión migratoria vinculada a la de la seguridad se ha convertido en una de las que más enfrentan a los partidos con opciones de llegar al poder.

Ello diez años después de que la canciller conservadora Angela Merkel abriera las puertas del país a cientos de miles de refugiados y pronunciara la famosa frase: "Lo conseguiremos".

Según el sondeo 'Politbarometer' de la cadena ZDF publicado el viernes pasado, un día después del atropello en la capital bávara, la migración es el tema más determinante para una cuarta parte de los votantes, de los que un 28 % seguían declarándose indecisos a poco más de una semana de los comicios.

"Nunca llegaron a Alemania tantos refugiados como en los últimos tres años, hablamos de 1,2 millones de ucranianos, más unos 850.000 demandantes de asilo. Es un número que no se registraba en Alemania desde los años 40", según indicó a EFE Gerald Knaus, cofundador del laboratorio de ideas Iniciativa de Estabilidad Europea.

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Esas llegadas han metido una presión considerable a los servicios sociales alemanes, pues "alrededor de un 25 % de las poblaciones que dan asistencia actualmente a migrantes lo hace al límite de sus posibilidades", concluyó.

La Unión Cristianodemórata (CDU), favorita en las encuestas, y las formaciones con las que se estima que se aliará tras los comicios -el Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD) y Los Verdes- han hecho de la política migratoria un campo de batalla en el que la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) resulta ineludible, también por sus coincidencias con los conservadores.

Ambos quieren la instauración de "controles permanentes en las fronteras", algo "que no puede darse dentro del espacio Schengen", dijo Knaus.

El partido AfD, que acude a las elecciones generales espoleado por el éxito en las urnas en otoño pasado en los estados federados orientales de Turingia (donde ganó), Sajonia y Brandeburgo (donde quedó segunda), quiere poner fin a una "inmigración descontrolada", con medidas como negar el derecho de asilo a quienes hayan pisado antes otro país de la Unión Europea (UE).

Empuje hacia un endurecimiento

En un tono similar, la CDU pide en su programa "un cambio fundamental en la política migratoria".

El líder conservador, Friedrich Merz, presentó en la Cámara Baja del Parlamento medidas para cerrar las fronteras de facto a los solicitantes de asilo y realizar deportaciones de forma sistemática.

Merz sacó adelante una moción no vinculante con el apoyo de AfD y perdió la votación de un proyecto de ley, que también fue respaldado por la ultraderecha, lo que se ha interpretado como la ruptura de un "tabú" en la política germana, en la que los partidos democráticos tradicionales han impuesto un cordón sanitario al AfD.

La derecha votó con la ultraderecha y aunque la CDU insiste en que no ha cooperado ni cooperará jamás con la formación de extrema derecha, el paso dado por Merz provocó masivas protestas en todo el país, incluso delante de la sede del partido, que se escudó detrás del hecho de que la mayoría de los ciudadanos quieren una política migratoria más restrictiva.

El tema ha llegado a los debates electorales en las televisiones entre los candidatos, incluidos socialdemócratas y ecologistas, que quieren atajar el problema, pero mejorando la aplicación de las leyes ya aprobadas y sin ir en contra de Europa y el Derecho europeo.

El canciller, el socialdemócrata Olaf Scholz, llegó, no obstante, a decir que Alemania "debe deportar de una vez por todas a lo grande", en un claro endurecimiento del tono. EFE ´