"Son los palestinos los que tienen que decidir su propio futuro", insistió en el inicio de un debate en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU sobre la situación en Palestina, donde no nombró directamente propuestas como la del presidente estadounidense, Donald Trump, de dar a EEUU el control sobre Gaza pero sí pidió "negarse a normalizar" prácticas ilegales como las deportaciones.
"Necesitamos con urgencia poner fin al conflicto, la liberación incondicional de todos los rehenes y detenidos arbitrariamente, y terminar lo antes posible con la presencia ilegal de Israel en el Territorio Palestino Ocupado, como afirma la Corte Internacional de Justicia", resumió.
Rechazó por otro lado los intentos de "deslegitimar y amenazar instituciones internacionales que están sobre el terreno para ayudar a la población y mantener la ley internacional", posiblemente en alusión a la Agencia de la ONU para los Refugiados Palestinos (UNRWA), acusada por Israel de vínculos con Hamás, por lo que se ha intentado limitar en gran medida su capacidad de actuación.
Sobre la situación en Gaza, Türk destacó que el actual alto el fuego "está permitiendo respirar a los palestinos", y facilitando la llegada de ayuda humanitaria a una Franja en la que más de un año de asedio causó más de 48.000 muertos, incluidos más de un millar de trabajadores sanitarios, 277 empleados de la ONU y 200 periodistas.
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"Casi dos tercios de las infraestructuras esenciales están destruidas o dañadas, el nivel de devastación es masivo e incluye viviendas, hospitales o escuelas", recordó Türk.
El jefe de derechos humanos reiteró que las tácticas bélicas de Israel en el conflicto podrían constituir crímenes de guerra, como también la toma de rehenes y la tortura de detenidos por parte de Hamás y otros grupos palestinos armados.
El alto comisionado austriaco no olvidó la situación en Cisjordania, donde Israel "ha aumentado el uso desproporcionado de la fuerza contra los palestinos, destruyendo campos de refugiados, limitando gravemente los movimientos y forzando al desplazamiento de decenas de miles de personas".
"En este frágil contexto el mundo debe preguntarse cómo resolver un conflicto que se prolonga varias décadas y detener el círculo vicioso de violencia. Cualquier plan para un futuro mejor debe reflejar el pasado, por lo que la rendición de cuentas y la justicia ante las violaciones son cruciales", aseguró.
