La isla padece una grave crisis energética desde hace varios años que se ha agravado en los últimos meses, en los que se han registrado tres apagones nacionales.
Actualmente, los cortes de la electricidad superan las 20 horas diarias en algunas provincias y en La Habana son de entre cuatro y seis horas al día.
En febrero de este año se registró la mayor tasa de déficit en lo que va de 2025 y en al menos los últimos dos años con el 57 % del país a oscuras a la misma vez, por lo que el Gobierno ordenó suspender las clases y las actividades laborales por dos días.
El pronóstico de la UNE, perteneciente al Ministerio de Energía y Minas, indica que estima para el horario 'pico' de esta jornada una capacidad máxima de generación eléctrica de 1.820 megavatios (MW) y una demanda de 3.050 MW.
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El déficit (la diferencia entre oferta y demanda) será de 1.230 MW y la afectación (lo que se desconecta realmente) llegará a los 1.300 MW en el horario de más consumo.
El informe de la empresa da cuenta sobre averías y mantenimientos en ocho de las 20 unidades de producción termoeléctrica (distribuidas en siete centrales). Además, 43 centrales de generación distribuida y una central flotante (patana) están fuera de servicio por falta de combustible (fueloil y diésel).
Esta situación tiene entre sus principales causas las reiteradas averías y mantenimientos en las centrales termoeléctricas terrestres -con más de 40 años de explotación- así como la falta de combustible para generar energía, según ha explicado la UNE.
Expertos independientes explican que la crisis energética se debe a una infrafinanciación crónica de este sector, completamente en manos del Estado cubano desde el triunfo de la revolución en 1959.
Las centrales termoeléctricas están obsoletas, tras décadas de explotación y déficit de inversiones; y la paralización de otras infraestructuras está ligada a la falta de fueloil y diésel, porque el Estado no tiene divisa para importarlos.
De acuerdo con diversos cálculos independientes, el Gobierno cubano precisaría entre 8.000 y 10.000 millones de dólares para reflotar el Sistema Eléctrico Nacional, una inversión fuera de su alcance. Y cualquier solución sería posible tan sólo a largo plazo.
Los frecuentes apagones lastran la economía cubana, que se contrajo un 1,9 % en 2023 y no creció el año pasado, según estimaciones del propio Gobierno. De acuerdo a esas cifras, el PIB de la isla sigue por debajo de los niveles de 2019 y no lo superará este 2025, para el que el Ejecutivo prevé un avance del 1 %.
