"Hace dos días, nuestras unidades de fuerzas especiales entraron en Yuba para asegurarla", dijo Kainerugaba, conocido por sus mensajes incendiarios, esta madrugada a través de la red social X.
"Nosotros, las UDPF (Fuerzas de Defensas del Pueblo de Uganda) sólo reconocemos a UN presidente, Su Excelencia Salva Kiir (...). Cualquier movimiento contra él es una declaración de guerra contra Uganda. ¡Todos los que cometan ese crimen aprenderán lo que significa!", añadió, si aportar más detalles.
Este martes, Kainerugaba compartió un breve vídeo en la misma plataforma en el que se pueden ver soldados desembarcando de un avión, al señalar que "comandos de las UPDF llegan a Yuba para apoyar a las Fuerzas de Defensa de Sudán del Sur en la crisis actual".
El jefe militar ugandés hizo estas declaraciones mientras Sudán del Sur se ha precipitado en una crisis política durante los últimos días.
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A principios de la pasada semana, la violencia estalló en la localidad de Nasir, en el estado del Alto Nilo, entre las tropas regulares y el Ejército Blanco, un grupo afín a la oposición liderada por el vicepresidente del país, Riek Machar, después de que los milicianos tomaran una guarnición de la localidad y capturaran a sus miembros.
La escalada de la tensión en Nasir provocó que las fuerzas leales a Kiir detuvieran al ministro de Petróleo, Puot Kang Chol; al jefe del Estado Mayor adjunto, Gabriel Duop Lam; y al ministro de Consolidación de la Paz, Stephen Par Kuol, todos ellos muy cercanos a Machar y acusados de estar detrás de los ataques.
La tensión se agudizó todavía más después de que un miembro de la ONU muriera el viernes pasado cuando el Ejército Blanco atacó un helicóptero de la organización mientras realizaba la evacuación de varios militares secuestrados por la milicia, entre ellos un importante general que también fue asesinado en el ataque.
La crisis ha despertado los temores sobre la ruptura del alto el fuego y el acuerdo de paz firmado en 2018 entre el Gobierno de Kiir y la oposición armada de Machar, que puso fin a un lustro de guerra que causó alrededor de 400.000 muertos en Sudán del Sur al poco de independizarse de Sudán, si bien el presidente sursudanés aseguró el pasado viernes que el país no volverá a la guerra.
