La droga se encontraba oculta en un compartimento hermético en un buque de carga que tenía como destino la isla caribeña de San Martín, según señaló en un comunicado el comisionado interino de la Policía, Junior Benjamin.
"Extiendo mi más sincero reconocimiento a todos los oficiales y agencias involucrados en esta operación ejemplar, que pone de relieve el poder del intercambio de inteligencia en tiempo real y la colaboración interinstitucional", declaró Benjamin.
El comisionado añadió que esta incautación no solo desmantela las operaciones ilícitas del crimen organizado, sino que también envía un "contundente mensaje del firme compromiso con la seguridad nacional y la lucha contra el crimen organizado transnacional".
La operación de inteligencia fue ejecutada en colaboración con la Administración para el Control de Drogas de Estados Unidos (DEA, en inglés) y la Guardia Costera de Trinidad y Tobago.
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Las confidencias apuntaron a que el buque de carga, que había viajado de Guyana a Trinidad, transportaba una cantidad sustancial de narcóticos bajo la apariencia de carga legítima con destino a San Martín.
La Policía puso bajo vigilancia la embarcación y, el pasado martes observó que recibía grandes cargamentos de diversas mercancías.
Se autorizó la salida del buque hacia San Martín esa tarde, pero la tripulación alteró su horario de salida, zarpando durante la madrugada del miércoles, lo que despertó las sospechas de los oficiales.
El buque fue finalmente interceptado en aguas abiertas y escoltado hasta la bahía de Staubles, donde se realizó una búsqueda exhaustiva en la que colaboró una unidad canina.
Durante la meticulosa inspección de dos días, se descubrió un compartimento oculto y sellado dentro del buque.
Esto condujo a la incautación de 157 paquetes de cocaína, con un peso total combinado de 182,24 kilogramos, y a la detención de cinco tripulantes que se encontraban a bordo.
