En una entrevista en la televisión oficial iraquí, difundida el domingo, el ministro afirmó que informaron "inmediatamente a la parte estadounidense que estos documentos son falsos y que no tienen nada que ver" con Irak, y EE.UU. también confirmó que no son licencias auténticas.
Con esas declaraciones, Abdul Ghani negó "cualquier participación" de su país en este plan, al tiempo que subrayó el compromiso de Bagdad "con la transparencia y el cumplimiento legal en las exportaciones mundiales de petróleo".
Asimismo, reconoció que estos incidentes son habituales, sobre todo entre los comerciantes iraníes, como una manera de evadir las sanciones impuestas por Estados Unidos al comercio del país persa.
El ministro añadió que "la puerta está abierta para que las empresas estadounidenses inviertan en el sector petrolero (iraquí), y enfatizó que no hay ningún aspecto político en excluir" a las compañías norteamericanas de los contratos.
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El pasado diciembre, con Joe Biden todavía como presidente de EE.UU, se anunciaron sanciones contra 35 entidades y buques por haber transportado petróleo iraní, alegando que el régimen de ese país usa los ingresos del crudo para financiar su programa nuclear y perpetuar el conflicto en Oriente Medio.
Desde la llegada al poder de Donald Trump, estas sanciones se han endurecido aún más.
A finales de febrero, el Departamento del Tesoro y el de Estado penalizó no solo al petróleo iraní, sino que también incluyó decenas de personas y buques petroleros chinos, emiratíes e indios por supuestamente ayudar a financiar al país persa.
Las últimas sanciones llegaron a mediados de este mes de marzo y afectan al ministro iraní del Petróleo, Mohsen Paknejad, así como a entidades que han distribuido crudo iraní a China y a buques que participan en transferencias de hidrocarburos en alta mar horas después de que Teherán sugiriera que rechaza negociar con Washington sobre su programa nuclear.
