La petición, que se extenderá durante tres sesiones, irá seguida de los alegatos de las defensas de los acusados, entre los que también figuran tres antiguos ministros (Éric Woerth, Brice Hortefeux y Claude Guéant), antes de que el tribunal inicie sus deliberaciones.
Si es declarado culpable de los delitos de los que se le acusa, Sarkozy podría ser declarado a un máximo de diez años de cárcel y una multa de hasta 375.000 euros, pero habrá que ver si la petición de la Fiscalía, a la luz de la evolución del juicio y de lo que considera que ha quedado probado, decide finalmente solicitar el máximo u opta por una petición más moderada.
El juicio comenzó el pasado 6 de enero, después de una investigación de una decena de años, y hay un total de trece acusados.
La investigación, que comenzó en 2013, apunta a que la campaña electoral que llevó a Sarkozy al Elíseo en 2007 habría recibido millones de euros de fondos libios a cambio de un deshielo en las relaciones bilaterales -el régimen de Gadafi era entonces objeto de sanciones internacionales-, un acercamiento que incluyó también la venta a Trípoli de aviones Airbus y de armas francesas.
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Durante este tercer proceso, Sarkozy ha insistido en su inocencia, asegurando que se trata de un "juicio político" y que no hay "nada" que pueda probar su culpabilidad.
Se trata del tercer juicio contra el expresidente, que ya ha sido condenado judicialmente en otras dos ocasiones y que asegura que es víctima de una venganza del estamento judicial por sus políticas cuando era jefe del Estado. .
La primera sentencia llegó el pasado 18 de diciembre, cuando el Tribunal Supremo convirtió en definitiva una pena de arresto domiciliario de un año por corrupción y tráfico de influencias.
Esa sentencia del Supremo, un año y medio después de la dictada en Apelación, supuso la primera ocasión en la que un exjefe del Estado francés era condenado en firme, y le obliga a llevar un brazalete electrónico para controlar el cumplimiento de la pena.
El segundo caso, por la ilegalidad de las cuentas de su campaña electoral presidencial de 2012, tiene ya una sentencia en primera instancia, a un año de cárcel, la mitad exento de cumplimiento y la otra mitad en arresto domiciliario.
El proceso en Apelación por esa condena tendrá lugar en el segundo semestre de este año.
Además, Sarkozy está procesado en un otro caso aparte por presuntas presiones a un oscuro hombre de negocios franco-libanés, Ziad Takieddine, para que se desdijera de sus acusaciones en la investigación sobre la presunta financiación libia, una causa cuyo juicio todavía no tiene fecha.
