"El Estado de Catar condena enérgicamente el asalto a la mezquita de Al Aqsa por parte del ministro de Seguridad Nacional israelí, bajo la protección de la policía de ocupación, y la expulsión de los fieles", dijo en un comunicado el Ministerio de Exteriores catarí.
Afirmó que "los repetidos intentos de socavar el estatus religioso e histórico de la Mezquita de Al Aqsa no solo constituyen un ataque contra los palestinos, sino también contra millones de musulmanes en todo el mundo”.
La visita de Ben Gvir a la Explanada de las Mezquitas se produce después de que, como cada año, Israel restringiera por rangos de edades la llegada de palestinos de Cisjordania ocupada a Jerusalén durante el mes sagrado de ramadán, que acaba de concluir.
Según el 'statu quo' vigente desde 1967 -cuando Israel ocupó Jerusalén Este, donde se ubica la Explanada- el recinto está reservado exclusivamente al culto de musulmanes, mientras que los judíos solo pueden entrar como visitantes, ya que las leyes judías prohíben a sus fieles orar en el lugar más sagrado para ellos, algo solo permitido a algunos rabinos.
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Por eso, el rezo judío se practica en el Muro de las Lamentaciones -ubicado en uno de los laterales de la Explanada-, como lo aconseja el Gran Rabinato de Israel, aunque en los últimos años, algunos rabinos alineados con el movimiento del sionismo religioso abogan por rezar donde se levantó el Segundo Templo.
Para los palestinos e incluso para Jordania -país que custodia el lugar desde 1967-, ese cambio es más político que religioso y responde a un intento de judaización e israelización de todo Jerusalén.
Jordania y Egipto, entre otros países árabes, también han condenado esta visita.
Por otro lado, Catar también condenó el bombardeo contra una clínica de la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA) en la Franja de Gaza, en la que han muerto al menos 19 personas, según la Defensa Civil de Gaza.
El departamento catarí pidió a la comunidad internacional que intervenga para hacer frente de manera firma "los repetidos asaltos israelíes contra objetivos civiles, incluidos hospitales", así como la "plena protección para los civiles desarmados y los trabajadores de las organizaciones de las Naciones Unidas y del sector humanitario”.