Cuba atraviesa una crisis con el suministro de energía eléctrica cuyas principales causas son las constantes averías en las centrales térmicas -con décadas acumuladas de explotación- y el déficit de combustible, según el Gobierno cubano.
La crisis se refleja en los cuatro apagones nacionales que han afectado el servicio eléctrico en menos de seis meses. El último fue a mediados de marzo, cuando gran parte de Cuba se quedó sin electricidad durante un fin de semana.
En febrero de este año se registró la mayor tasa de déficit en al menos los últimos dos años, con el 57 % del país apagado a la vez.
La UNE, adscrita al Ministerio de Energía y Minas, calcula para el “horario pico” de esta jornada una capacidad máxima de generación eléctrica de 1.910 megavatios (MW) y una demanda de 3.400 MW.
Todos los beneficios, en un solo lugar Descubrí donde te conviene comprar hoy
También prevé un déficit (la diferencia entre oferta y demanda) de 1.490 MW y una afectación (lo que se desconecta realmente) de 1.560 MW en la tarde-noche, cuando aumenta la demanda.
El informe de la empresa señala que seis de las 20 unidades de producción termoeléctrica (distribuidas en siete centrales) están fuera de servicio por averías o mantenimientos.
Expertos independientes señalan que la crisis energética responde a una infrafinanciación crónica de este sector, completamente en manos del Estado cubano desde el triunfo de la revolución en 1959. El Gobierno destaca por su parte el impacto de las sanciones estadounidenses a este sector.
Diversos cálculos independientes estiman que el Gobierno necesitaría entre 8.000 y 10.000 millones de dólares para reflotar la red eléctrica.
Los frecuentes apagones lastran la economía cubana, que se contrajo un 1,9 % en 2023 y no creció el año pasado, según estimaciones del propio Gobierno. Según esas cifras, el PIB de la isla sigue por debajo de los niveles de 2019 y no lo superará este 2025, para el que el Ejecutivo prevé un avance del 1 %.
