"Soy un perseguido político", afirmó Oswaldo Eustáquio para oponerse a una extradición que la Fiscalía española también rechaza por "falta del requisito de doble incriminación", ya que los delitos por los que le reclaman en Brasil no tienen equivalencia en el Código Penal español, y al ampararle la libertad de expresión.
El tribunal español acogió este jueves la vista de extradición de este bloguero, cuyo arresto en Brasil, solicitado en 2022 por el Supremo Tribunal Federal (STF), no llegó a producirse porque ya había abandonado el país.
Dos años después, en diciembre de 2024, el reclamado se puso a disposición de la Justicia en España, donde ha solicitado asilo.
En Brasil, Oswaldo Eustáquio es uno de los principales acusados en un proceso contra las "milicias digitales" que esparcieron mensajes antidemocráticos y pusieron en duda la fiabilidad del sistema electoral brasileño antes de las elecciones presidenciales de 2022, en las que Bolsonaro intentó en vano su reelección.
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Está acusado de delitos de abolición violenta del Estado democrático y golpe de Estado y se le ha investigado por haberse unido a una campaña para intimidar a policías federales y por difundir datos personales de un comisario relacionado con el caso de Bolsonaro, al que acusó de contravenir la ley.
Los hechos –según el fiscal– no están tipificados en el Código Penal español porque unas manifestaciones sobre si un comisario "es o no malvado están dentro del ejercicio de la libertad de expresión", y por eso la oposición a su extradición.
La defensa adujo además falta de claridad en la solicitud formulada por Brasil, que, en su opinión, pretende vulnerar la libertad de expresión e información y que tiene "tintes políticos e ideológicos".
Durante su turno de palabra, Eustáquio se presentó como un "periodista de investigación", que ha sido arrestado tres veces y ha sufrido torturas y persecución política que se extendió a su familia.