Según datos de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), en los últimos días ha habido un aumento notable en las devoluciones forzadas, coincidiendo con el ultimátum paquistaní para que las personas indocumentadas y quienes poseen la Tarjeta de Ciudadanía Afgana (ACC) abandonen el país o se enfrenten a la deportación.
Durante los días 5 y 6 de abril, un total de 8.025 migrantes afganos indocumentados y titulares de la ACC fueron devueltos a Afganistán a través de los cruces fronterizos de Torkham y Spin Boldak; ambos cruces son puntos clave de tránsito entre ambos países, indicó la OIM en su último balance.
La OIM, dijo, brindó asistencia a 2.614 de estos retornados. Sin embargo, la agencia de la ONU enfatizó la urgente necesidad de fondos adicionales para abordar eficazmente las crecientes necesidades humanitarias y la mayor vulnerabilidad de la población que retorna.
La declaración de la OIM subrayó también el potencial de un importante desafío humanitario en la frontera afgana a medida que continúan las deportaciones.
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Afganistán ya afronta una grave crisis humanitaria y se espera que la repentina afluencia de miles de retornados agote aún más los recursos existentes y agrave la situación.
Si bien no hay un número exacto de refugiados y migrantes afganos que residen actualmente en Pakistán, las estimaciones oscilan entre cientos de miles y más de tres millones.
Muchos afganos cruzaron la frontera en los últimos años tras la toma del poder por los talibanes en agosto de 2021, sumándose a la ya considerable población de refugiados afganos que han vivido en Pakistán durante décadas debido a conflictos previos.