La Organización Internacional para las Migraciones (OIM) dijo en un comunicado que entre el 13 y 14 de abril recibió "múltiples informes de desplazamientos a gran escalada desde el campamento de desplazados internos de Zamzam", donde "entre 60.000 y 80.000 familias" se vieron obligadas a abandonar el sitio "debido al aumento de la inseguridad".
"La mayoría de las familias permanecen desplazadas en la localidad de Al Fasher (la capital del estado de Darfur Norte), mientras que otras se desplazaron a localidades de Tawila y Dar As Salam, en Darfur del Norte", añadió la agencia de Naciones Unidas.
Según varias estimaciones, desde el 11 de abril unas 350 personas han muerto por ataques de los paramilitares contra los campos de desplazados de Zamzam y Abu Shouk, en Darfur Norte, así como en la vecina ciudad de Al Fasher, el último bastión del Ejército en esta vasta región occidental sudanesa.
De hecho, las FAR impusieron en mayo de 2024 un asedio contra la zona que todavía perdura y se está intensificando, lo que ha convertido en misión casi imposible proveer ayuda humanitaria a la población de Al Fasher y de los campamentos de desplazados adjuntos.
El acceso de actores humanitarios a campos como Zamzam, donde malviven unas 750.000 personas, la mitad de ellas niños, es casi imposible, y los que allí sobreviven "han denunciado detenciones, acosos y robos en controles de seguridad", denunció este lunes la Misión de Investigación de la ONU en Sudán.
La guerra en Sudán, que comenzó en abril de 2023, ha provocado la muerte de decenas de miles de personas y ha obligado a más de 12 millones a abandonar sus hogares dentro del país, mientras que casi 4 millones han buscado refugio en naciones vecinas.