La orden del presidente estadounidense, Donald Trump, tiene como objetivo acabar con las capacidades militares de los rebeldes chiíes, que reanudaron sus ataques contra Israel después de que el Ejército de aquel país reiniciara sus ataques en la Franja de Gaza e impusiera un bloqueo total de la ayuda al enclave palestino a principios de marzo.
Desde noviembre de 2023, los hutíes, alineados con Irán, atacan Israel con drones y misiles, así como buques comerciales y militares en el mar Rojo, el estrecho de Bab al Mandab, el golfo de Adén y el mar Arábigo, en apoyo de los palestinos y solo suspendieron esos ataques en enero cuando entró en vigor el alto el fuego en Gaza.
Evolución del conflicto
Hasta ahora, los hutíes han demostrado resistencia ante los intensos ataques aéreos de EE.UU. que han causado más de un centenar de muertos. Sin embargo, sus ataques con misiles balísticos contra Israel se han reducido considerablemente en las dos últimas semanas.
El terreno montañoso del noroeste del Yemen, que les proporciona cobertura natural y dificulta apuntar a sus posiciones con eficacia han ayudado a los hutíes, que también ha invertido en instalaciones subterráneas en las montañas para almacenar armas.
Algunos analistas creen que esta resistencia podría envalentonar a los hutíes en su conflicto local.
"Ellos (los hutíes) se han dado cuenta desde el principio de que sus ataques en el mar Rojo atraerían a Estados Unidos para que les atacara o apoyara a sus rivales en el conflicto local", declaró a EFE el analista político Muhammad al Kumaim.
"Los hutíes pueden estar calculando que la expansión del conflicto hará más difícil que sus rivales les derroten", añadió.
Operación terrestre inminente
Fuentes militares tanto del Gobierno como de los hutíes esperan una inminente operación militar terrestre encabezada por el gobierno reconocido internacionalmente contra los rebeldes.
La reconquista de Al Hudeida, una ciudad portuaria en el mar Rojo que sirve de línea de suministro estratégica para los hutíes, será probablemente el objetivo principal de cualquier ofensiva terrestre.
Esta ciudad es una línea vital crítica para la ayuda humanitaria y los suministros, pero al ser el principal puerto bajo control hutí es desde hace años un enclave estratégico en la lucha por el control en el Yemen.
El Gobierno yemení, apoyado por Emiratos Árabes Unidos, ya fracasó en el intento de toma de Al Hudeida en 2018. El duro enfrentamiento sobre el puerto, principal nudo de aprovisionamiento del país, acabó entonces con un acuerdo en Estocolmo en el que se estableció un alto el fuego y una estabilización de las posiciones con los insurgentes dentro de la ciudad, y las fuerzas leales al Gobierno en las afueras del sur y el este de la urbe.
"Tomar Al Hudeida debilitaría significativamente las cadenas de suministro de los hutíes y limitaría su capacidad operativa", afirmó Al Kumaim.
Fuentes hutíes confirmaron que han fortificado ampliamente sus defensas en torno a Al Hudeida, preparándose para una eventual ofensiva sobre la ciudad portuaria.
Una fuente militar hutí con estrecho conocimiento de la concentración militar del grupo en esta ciudad confirmó a EFE que han reforzado activamente sus posiciones en previsión de un posible asalto.
"Ahora estamos más preparados que nunca en Al Hudeida con defensas y refuerzos", dijo bajo condición de anonimato, sin dar más detalles.
Coalición internacional
Aunque una ofensiva exitosa podría paralizar las líneas de suministro hutíes, también podría tener un alto coste humano. Sin embargo, el gobierno respaldado por Arabia Saudí parece dispuesto a actuar.
El ministro de Defensa, Mohsen al Daeri, afirmó durante el fin de semana que "se acerca rápidamente la hora de la verdad" para los rebeldes y es "inminente" una operación militar terrestre.
"La única solución es derrotar y desarraigar a los hutíes, y la hora de la verdad para este grupo se acerca rápidamente", declaró en una entrevista al diario saudí Okaz, publicada el viernes, en la que agregó que el Ejército gubernamental estaba "plenamente preparado" para combatirlos.
El ministro describió la creciente militarización del mar Rojo como "consecuencia de las temerarias acciones de los hutíes, que incluyen ataques contra buques comerciales y rutas marítimas vitales en Bab al Mandab, el mar Rojo y el golfo de Adén".
Pero incluso si los hutíes pierden Al Hudeida, no podrían ser derrotados fácilmente en la montañosa zona noroccidental del país, afirmó el analista Al Kumaim.
"Una invasión terrestre podría acabar con la pérdida del puerto para los hutíes, pero no los desalojaría de sus bastiones y el conflicto podría prolongarse durante décadas", concluyó.