Ello "situaría a la economía global en una senda recesiva", con amenazas crecientes como "sacudidas en las políticas comerciales, volatilidad financiera y un aumento de la incertidumbre que podrían seguir debilitando las perspectivas globales", advirtió un informe de UNCTAD sobre perspectivas para 2025.
Según la agencia de la ONU, un crecimiento por debajo del 2,5 % es indicador de una fase de recesión global, y de confirmarse en 2025 marcaría "una desaceleración significativa frente a las tasas medias de crecimiento anual registradas en el período previo a la pandemia, que ya de por sí fue una etapa de crecimiento moderado".