Esta es la línea argumental del ministro francés de Exteriores, que en una entrevista a la emisora pública France Inter este miércoles ha constatado que "el diálogo se ha deteriorado brutalmente por una situación injustificada".
Se refería así a la expulsión de doce funcionarios franceses de la embajada de Argel, que se consumó el martes, según las autoridades argelinas en reacción a la imputación y encarcelamiento en Francia de un empleado consular por su implicación en el secuestro en abril de 2024 de un opositor al régimen argelino que vive en Francia.
En respuesta a esa expulsión, Francia anunció el mismo martes la expulsión de 12 agentes consulares de Argelia y ha llamado a consultas a su embajador en Argel, Stéphane Romatet.
"Las autoridades argelinas se han decantado por la escalada y nosotros respondemos con firmeza", ha explicado el jefe de la diplomacia francesa, que recuerda que habían advertido de que si Argelia finalmente expulsaba a los funcionarios franceses replicarían "con una estricta reciprocidad".
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Ha repetido que, en contra de lo que sostienen las autoridades argelinas, detrás de la investigación judicial contra el agente argelino encarcelado, y contra otros dos ciudadanos argelinos también entre rejas por el mismo motivo, no está el ministro francés del Interior, Bruno Retailleau.
"Bruno Retailleau no tiene nada qué ver con una decisión judicial porque en Francia la Justicia es independiente", ha subrayado, antes de añadir que en cualquier caso Francia tiene "interés en una relación normal con Argelia".
Precisamente, preguntado sobre si queda enterrado el acuerdo que se formalizó durante una visita que hizo a Argel el 6 de abril para poner fin a los desencuentros diplomáticos de los últimos meses, Barrot ha hecho hincapié en que "hay que dar siempre la oportunidad al diálogo, es la única forma de resolver de forma duradera las tensiones. Los que dicen lo contrario son irresponsables".
"Tenemos interés en restablecer en el futuro" las relaciones, ha repetido, y ha insistido en que Argelia tiene que "respetar sus obligaciones" respecto a los acuerdos bilaterales, en particular para las expulsiones de argelinos que Francia considera indeseables, y que están bloqueadas.
Ha avisado de que si no las respeta, habrá "consecuencias" que no ha querido precisar, más allá de indicar que con la expulsión de los funcionarios argelinos "demostramos nuestra capacidad a replicar".
Otro de los contenciosos diplomáticos entre los dos países es la situación del escritor Boualem Sansal, encarcelado desde su llegada a Argel desde Francia en noviembre pasado, y condenado a finales de marzo a cinco años de prisión por unas declaraciones en las que cuestionaba la integridad del territorio de Argelia.
Las dos hijas de Santal -que tiene 80 años y está enfermo de cáncer- denuncian en un artículo que publica este miércoles Le Figaro que su situación es la de un "rehén de un contencioso que no le concierne" y piden la intervención del presidente francés, Emmanuel Macron.
Barrot ha considerado que el escritor de origen argelino, al que Macron dio la nacionalidad francesa en 2024, "no tiene que pagar los platos rotos" de la situación actual. "Su detención es injustificable. Por eso abogamos por su liberación".
Las relaciones bilaterales han sido por lo general tormentosas y han pasado por continuos altibajos desde que en 1962 Argelia se independizó de Francia tras 130 años de colonización que finalizaron con una larga guerra y cruenta.
La última crisis se desencadenó en julio de 2024 cuando Macron se alineó completamente con la posición marroquí sobre el Sáhara Occidental, lo que en la práctica descarta un referéndum de independencia de esta antigua colonia española.
Argelia, que es el principal soporte del Frente Polisario, reaccionó inmediatamente con la retirada de su embajador en París y desde entonces se han sucedido los desencuentros.
