Los cuerpos de los fallecidos fueron trasladados a lo largo de la noche a Srinagar, la principal ciudad de la región, y donde hoy les rindió tributo Shah, en un breve acto durante el que depositó una corona de flores frente a los féretros.
La ceremonia tuvo lugar en el interior de las instancias policiales, donde los ataúdes habían sido llevados previamente. Posteriormente Shah conversó con varios de los supervivientes y familiares de las víctimas, a los que se les aprecia visiblemente afectados durante su conversación con el ministro.
Se espera que en las próximas horas los cadáveres comiencen a ser trasladados a Nueva Delhi para que sean entregados a los familiares.
El ataque se produjo ayer a unos cinco kilómetros de la ciudad de Pahalgam, en una pradera frecuentada por locales y visitantes, cuando presuntos insurgentes atacaron a un grupo de turistas, en su mayoría de nacionalidad india.
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Al menos 28 personas murieron en el ataque, mientras que al menos una decena resultó herida.
Shah se desplazó anoche a Cachemira para revisar la situación de seguridad y mantuvo a lo largo de la noche varias reuniones con las autoridades locales.
Un funcionario de la oficina del comisionado divisional de Cachemira dijo a EFE que el ministro del Interior visitará hoy el lugar del ataque.
Ninguna persona ha resultado arrestada hasta el momento, mientras ya está en marcha una investigación de la Policía.
El ataque fue el más grave cometido contra civiles en la Cachemira india desde marzo del año 2000, cuando al menos 36 personas murieron en un atentado insurgente contra un pueblo en el sur de la región.
La región de Cachemira ha sido un punto de conflicto de larga data entre India y Pakistán desde su separación del Imperio Británico en 1947. Ambas naciones han librado guerras y otros conflictos menores por el control del territorio.
Desde 1989 la región se ha sumergido en una revuelta armada contra el dominio de Nueva Delhi, un conflicto en el que han muerto decenas de miles de personas, mientras que la India acusa a Pakistán de ser cómplice de la insurgencia, e Islamabad lo niega.
