La sentencia, dictada este jueves por la 67ª sala del tribunal correccional de Bruselas, especializada en comparecencias aceleradas, cierra un caso que ha generado un amplio debate sobre los límites de las redes sociales y la desinformación, informó el diario Dernière Heure.
Los hechos se remontan al pasado 25 de enero, cuando Yousra J., de formación esteticista y beneficiaria de ayudas sociales, grabó un vídeo frente a un templo masónico situado en la Rue du Persil, en el centro de Bruselas, que nunca ha sido de naturaleza secreta.
En la grabación, difundida en TikTok, afirmaba que en el lugar se celebraban rituales satánicos.
El vídeo se hizo viral y, en los días posteriores, el templo fue objeto de ataques con piedras, uno de los cuales alcanzó al conserje del edificio, mientras que varios individuos forzaron la entrada del inmueble, en el que además residen personas particulares.
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La Policía identificó el 28 de febrero a la autora del vídeo y el asunto se ha zanjado con un juicio rápido en el que el magistrado ha impuesto dos condiciones: encontrar un empleo y abstenerse de publicar cualquier contenido en redes sociales que pueda constituir un delito penal.
Pero, además, el magistrado ha aceptado la propuesta formulada por el abogado Laurent Kennes, letrado del conserje y de la orden masónica Círculo de Amigos Filántropos, y la joven deberá participar en una visita guiada en el templo para "desactivar prejuicios con conocimiento directo".
El incumplimiento de esta orden podría conllevar una pena de prisión de cuatro meses para la joven, que durante el juicio aseguró que su intención no era incitar al odio ni al acoso, sino simplemente hacer "una broma".
La pena dictada es más suave que los quince meses de prisión, con suspensión de condena, que solicitaba la Fiscalía, que describió el vídeo como "el arquetipo de la estupidez en la que viven actualmente las redes sociales".
