Nogueira, el último ministro de Defensa en el Gobierno del líder ultraderechista (2019-2022), admitió que conversó con el jefe de Estado sobre las graves consecuencias de declarar algún tipo de estado de emergencia en el país tras una reunión en la que Bolsonaro dijo haber sido perjudicado en las elecciones.
El hoy general de la reserva hizo las revelaciones al ser interrogado este martes en el Supremo Tribunal Federal como uno de los ocho enjuiciados en el proceso por el supuesto intento de golpe de Estado contra el presidente Luiz Inácio Lula da Silva, vencedor de las elecciones de 2022.
Según Nogueira, las advertencias a Bolsonaro las hizo tras una reunión en diciembre de 2022 en el Palacio de la Alvorada, la residencia oficial de la Presidencia, en la que el jefe de Estado dijo que estudiaba alguna alternativa para desconocer la victoria de Lula por considerar que había sido fraudulenta.
Según el entonces ministro de Defensa, durante la reunión el líder ultraderechista exhibió en un proyector la lista de "motivos" que le permitirían declarar el estado de emergencia.
"Cuando concluyó la reunión me acerqué al Presidente junto con Freire Gomes (el entonces comandante del Ejército general Marco Antonio Freire Gomes) y lo alerté sobre la seriedad, la gravedad, de que estuviese pensando en un estado de defensa o en un estado de sitio", afirmó el exministro en el interrogatorio.
Según Nogueira, en ese momento, en el que se discutían varias ideas de lo que el Gobierno podría hacer, alertó sobre "las consecuencias de una acción futura, que yo imaginaba que podía ocurrir, si esas cosas realmente fuesen puestas en marcha".
Bolsonaro, que también fue interrogado este martes en la calidad de enjuiciado, negó haber intentado una ruptura democrática tras su derrota electoral, pero admitió haber pensado en "alternativas" frente a un posible fraude.
"Discutimos posibilidades, alternativas, siempre dentro de la Constitución", pero finalmente "abandonamos cualquier posibilidad" y "enfrentamos el ocaso de nuestro Gobierno", declaró Bolsonaro, sentado en el banquillo de los acusados junto a sus abogados.
El líder de la ultraderecha y siete de sus más próximos colaboradores son acusados de haber conspirado a fin de impedir la investidura de Lula tras los comicios de 2022, una trama que, según la Fiscalía, llevó a los sucesos del 8 de enero de 2023.
Ese día, una semana después de que Lula asumió el poder, miles de bolsonaristas asaltaron las sedes de la Presidencia, el Congreso y la Corte Suprema en un intento por llevar a las Fuerzas Armadas a derrocar al nuevo Gobierno.
La Primera Sala de la Corte Suprema, responsable por el juicio, concluyó este martes, en solo dos de los cinco días previstos, el interrogatorio de los ocho acusados de golpismo en esta fase del proceso.
Su próximo paso será consultar a la Fiscalía y a los abogados de los acusados si requieren de nuevas diligencias, que incluso podrían incluir posibles careos entre los propios acusados o con algunos de los testigos que han declarado.
Decidido ese asunto, se dará plazo para que la acusación y las defensas presenten sus alegatos finales, tras lo cual el caso quedará listo para una sentencia que pudiera ser dictada entre octubre y noviembre y, en caso de culpabilidad, puede oscilar entre doce y cuarenta años de prisión.