Según informaron fuentes oficiales, el operativo incluye un despliegue conjunto con la División de Despliegue de Intervenciones Rápidas (DIR) e incorpora vigilancia especial en puntos considerados sensibles, como la embajada de Israel, la residencia del embajador y la del agregado militar.
También se han incrementado las medidas de custodia en instituciones educativas israelíes en Buenos Aires, desde jardines de infantes hasta escuelas secundarias.
Uno de los sitios que también reforzó su seguridad es la sede de la Asociación Mutual Israelita Argentina (AMIA), ubicada en el barrio de Once. La AMIA fue blanco del atentado terrorista más grande en la historia del país en 1994, donde murieron 85 personas y más de 300 resultaron heridas.
“La zona cuenta ahora con patrullajes preventivos y efectivos apostados en pie para reforzar la seguridad”, indicaron desde el Gobierno de Buenos Aires a medios locales.
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Confirmaron además que el operativo se mantendrá mientras se evalúe el riesgo de nuevas amenazas.
Refuerzo de custodia en la embajada de Estados Unidos
Además, se reforzó la custodia de la embajada de Estados Unidos en la capital argentina, como parte de una estrategia preventiva ante posibles ataques o actos vandálicos tras el bombardeo a los centros nucleares iraníes de Natanz, Fordow e Isfahan.
El presidente estadounidense, Donald Trump, declaró que su país causó un “daño monumental” a las instalaciones nucleares iraníes.
“Destrucción es un término preciso”, escribió en su red social Truth Social, y añadió: “Los mayores daños se produjeron muy por debajo del nivel del suelo. ¡¡¡En el blanco!!!”, refiriéndose a la infraestructura subterránea de los complejos atacados.
Sin embargo, el vicepresidente JD Vance aseguró que su país “no está en guerra con Irán ni busca derrocar a sus líderes”.
Por su parte, las autoridades iraníes respondieron que el uranio almacenado en las instalaciones permanece “intacto” y advirtieron: “El juego no ha terminado”.