Luca presentó en su último libro, 'Adiós al árbitro', en la Semana Negra de Gijón (España), el octavo protagonizado por Juan Barbicano, un médico excombatiente de la guerra de las Malvinas reconvertido en investigador privado. Desarrolla una trama criminal en torno a una mafia capaz de adulterar los resultados de los partidos de fútbol para ganar dinero con las apuestas deportivas.
"Quien controla la imagen controla el negocio”" dice uno de los personajes de la novela, cuyo punto de partida plantea la posibilidad de interferir en tiempo real las comunicaciones del sistema de verificación arbitral (VAR) para cambiar el desarrollo y el resultado de los partidos confundiendo a los jueces deportivos que tienen que tomar decisiones.
En la presentación, De Luca comentó que, actualmente, es perfectamente viable que alguien con poder y dinero pueda hackear sistemas de comunicación o utilizar inteligencia artificial para cambiar la realidad según sus intereses.
"Desde distintos ámbitos, se nos miente continuamente y podemos pensar que nos están hackeando la vida sin que nos demos cuenta", destacó el autor de 'La última estrella', 'Misión Tilcara', 'Los vengadores del 86' y 'Leones y manteros', entre otros títulos.
Inspirado en "chanchullos" de la vida pública argentina
En 'Adiós al árbitro', una trama impulsada por un poderoso "tercer hombre", vinculado a la política y a los negocios, "mueve los hilos" de una mafia compuesta por barras bravas del fútbol argentino, hackers y matones a sueldo, amparados por un sistema judicial y policial corrupto.
De Luca reconoció que se inspiró para ese personaje en "un par de personalidades" de la política y del empresariado de Argentina que están siempre detrás, en segundo plano, en todos los "chanchullos" de los últimos decenios.
Un camión de venta ambulante de comidas oculta un entramado de sistemas informáticos y de comunicación, desde donde dos jóvenes expertos informáticos logran interactuar con el VAR y modificar lo que van a ver los árbitros en las pantallas a pie de campo mientras los grupos de aficionados violentos provocan disturbios a modo de distracción.
"Esto que se plantea como una hipótesis puede hacerse realidad porque existe la tecnología para ello y, de hecho, ha ocurrido que, mediante inteligencia artificial, se han modificado declaraciones de dirigentes políticos, que aun siendo falsas tuvieron efecto en procesos electorales", ilustró.
Aunque la banda fue desarticulada por la acción individual de una inspectora, que parece ser la única policía que no ha sido corrompida, el tercer hombre, que ha ordenado asesinatos para no dejar cabos sueltos, queda impune.