Desde el inicio de la guerra entre Ucrania y Rusia, el organismo ha corroborado la muerte de 13.580 civiles y las heridas causadas a otros 35.000, señaló en Ginebra la portavoz Liz Throssell.
"Siempre aclaramos que la verificación que hacemos corresponde a nuestra metodología y toma su tiempo, lo que hace que las cifras reales (de víctimas) sean mayores", explicó.
El último ataque ruso a gran escala ocurrió el pasado día 12 con el despliegue de 597 proyectiles Shahed y drones señuelo, además de 26 misiles, provocando 41 heridos y dos bajas mortales, además de daños a infraestructuras civiles en varias regiones muy alejadas de la línea del frente, como Chernivtsí, Leópolis, Cherkasy, Volinia y Kirovogrado, según los datos recogidos por Naciones Unidas.
Tres días antes, Rusia lanzó un número récord de drones de largo alcance contra Ucrania: 728.
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"El mes de julio no da tregua a la población civil ucraniana, después de un mes de junio en el que se registró el mayor número mensual de muertos y heridos entre la población civil en tres años: 232 muertos y 1.343 heridos", lamentó Throssell.
No obstante, señaló que el impacto físico y psicológico que tienen en la población los repetidos ataques contra zonas residenciales no puede reflejarse únicamente en cifras, sino que debe considerarse que la gente pasa horas en refugios, sean sótanos, pasillos o estaciones de metro, y se le priva de sueño.
El organismo de la ONU pidió nuevamente un alto el fuego inmediato para poner fin a este sufrimiento y una negociación diplomática que incluya la protección de las personas en territorios ocupados, la devolución de los niños trasladados a la fuerza o deportados y la creación de corredores humanitarios a través de la línea de control.
Asimismo, instó a ambos países a comprometerse a un intercambio completo de prisioneros de guerra.
La portavoz comentó que personal del organismo de derechos humanos ha entrevistado a casi 140 prisioneros de guerra ucranianos, todos ellos hombres liberados en intercambios acordados recientemente, muchos de los cuales estuvieron hasta tres años cautivos y que dijeron en la gran mayoría haber sido víctimas de torturas.