“Aceptar un futuro donde regiones enteras queden rezagadas no es una opción. La recuperación debe ser inclusiva”, declaró Qu Dongyu, durante la presentación del informe El estado de la seguridad alimentaria y la nutrición en el mundo (SOFI) 2025.
El estudio, elaborado por cinco agencias de Naciones Unidas, reveló que, mientras Asia y América Latina muestran avances, la situación en África se deteriora, con 307 millones de personas en situación de inseguridad alimentaria.
Se estima que, para 2030, el 60 % de las personas en riesgo de sufrir hambre crónica vivirá en África.
El informe también refleja una leve mejora a nivel global, con un descenso del porcentaje de personas que padecen hambre del 8,5 % en 2023 al 8,2 % en 2024.
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La presentación del informe tuvo lugar en Adís Abeba, en la jornada inaugural del Segundo Balance de la Cumbre de la ONU sobre los Sistemas Alimentarios (UNFSS+4), y reunió a altos dignatarios como la vicesecretaria general de la ONU, Amina Mohammed; el presidente de Etiopía, Taye Atske-Selassie; y el viceministro de Exteriores de Italia, Edmondo Cirielli.
“Los conflictos, los choques climáticos, la inflación y los desplazamientos masivos están desnudando la fragilidad de nuestros sistemas alimentarios. La cooperación debe reemplazar al conflicto”, afirmó Mohammed.
El presidente etíope consideró el informe como un “llamado urgente a la acción”, que además ofrece insumos clave para diseñar políticas con impactos inmediatos y duraderos.
Cirielli, por su parte, recordó que la seguridad alimentaria es una prioridad estratégica para Italia. “No se trata solo de qué comemos, sino del futuro de nuestras sociedades, de nuestros sistemas económicos y de la salud global”, señaló.
El documento fue elaborado por cinco agencias: la FAO, el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (FIDA), la Organización Mundial de la Salud (OMS), el Programa Mundial de Alimentos (PMA) y el Fondo de la ONU para la Infancia (Unicef).
Panorama mixto
Según el informe, en la actualidad hay 90 millones más de personas con hambre que en 2020 y 100 millones más que en 2015, cuando se adoptaron los Objetivos de Desarrollo Sostenible, y en 2024 unas 2.300 millones de personas sufrieron inseguridad alimentaria moderada o grave.
Aunque la desnutrición crónica infantil ha disminuido ligeramente en la última década, la desnutrición aguda se mantiene y la anemia entre mujeres de 15 a 49 años aumentó del 27,6 % al 30,7 %, con un deterioro generalizado.
En el otro extremo, la obesidad en adultos subió del 12,1 % en 2012 al 15,8 % en 2022, mientras que solo un tercio de los niños de 6 a 23 meses y dos tercios de las mujeres cumplen con los criterios mínimos de diversidad dietética.
El informe también destacó que 2.600 millones de personas no pueden permitirse una dieta saludable, ya que desde 2020, los precios de los alimentos han subido más que la inflación general.
Una diferencia que alcanzó su máximo en enero de 2023, cuando la primera se situó en 13,6 %, muy por encima de la inflación general global del 8,5 %, una subida de precios en los alimentos que golpeó más a los países de bajos ingresos, donde la inflación alcanzó un máximo de un 30 % en mayo de 2023.
“Las políticas proteccionistas o aislacionistas no son la respuesta. Lo que necesitamos es una acción global coordinada basada en la evidencia, la solidaridad y la responsabilidad compartida”, afirmó el titular de la FAO.
“El camino a seguir exige urgencia, inclusión y acción. Debemos llegar a todas las comunidades con soluciones eficaces y justas. Actuemos ya, con determinación, para lograr el Hambre Cero y no dejar a nadie atrás”, concluyó Qu.