De los inscritos, 14 partidos debutan en estas elecciones, anunció este martes el Consejo, aunque solo algunos lograrán figurar en la papeleta: además de presentar las listas de candidatos antes del 15 de septiembre, deben reunir 580 declaraciones de apoyo en los ayuntamientos y abonar una fianza de más de 11.000 euros. En comparación, en los anteriores comicios fueron 70 los partidos registrados.
El bloque progresista GroenLinks-PvdA (verdes-socialdemócratas), liderado por el exvicepresidente de la Comisión Europea Frans Timmermans, presentó este lunes un programa de 169 páginas en el que defiende reforzar la “solidaridad” en la sociedad neerlandesa y propone subir el salario mínimo de 14,40 a 18 euros la hora, limitar las subidas de los alquileres y obligar a los propietarios a aislar sus viviendas con apoyo estatal.
La construcción de 100.000 casas anuales pasaría a ser una tarea pública, con terrenos adquiridos tras el fin de la ganadería intensiva o mediante la reconversión de aeropuertos y polígonos industriales abandonados.
El programa también prevé instaurar una fiscalidad más progresiva con un impuesto a los millonarios, abaratar los seguros médicos para la clase media con primas vinculadas a la renta e incluir en la sanidad pública servicios como dentista, fisioterapia, anticonceptivos y gafas para niños.
Todos los beneficios, en un solo lugar Descubrí donde te conviene comprar hoy
En política exterior, la izquierda apuesta por reconocer al Estado palestino y suspender el acuerdo de asociación entre la UE e Israel, con sanciones a responsables de crímenes de guerra.
La carrera electoral arranca, sin embargo, marcada por las polémicas. El centro Discriminatie.nl y 14 organizaciones musulmanas han denunciado a Wilders por una publicación en redes sociales del 4 de agosto, en la que el líder ultraderechista difundió una imagen creada con inteligencia artificial que contraponía a una joven rubia con una anciana con pañuelo islámico bajo el lema “La elección es suya el 29/10”.
El mensaje, que recibió más de 12.500 quejas ciudadanas en pocos días, es considerado por los denunciantes como incitación al odio y la discriminación.
“El contraste refuerza deliberadamente la idea de ‘nosotros contra ellos’ y presenta a los musulmanes como una amenaza para Países Bajos”, señalaron los abogados de las organizaciones, que compararon el montaje con la propaganda nazi de la Segunda Guerra Mundial.
Las organizaciones recuerdan que Wilders ya fue condenado en 2016 por discriminación en el caso del “minder, minder” (“menos, menos”) contra los marroquíes, también durante un mitin, y denuncian un patrón de mensajes reiterados que “envenenan la sociedad” y “rebajan el umbral para el odio abierto”. El líder del PVV ha tachado de “locura” la denuncia.
La otra controversia recae sobre la dirigente del partido liberal VVD, Dilan Yeşilgöz, sucesora de Mark Rutte (ahora secretario general de la OTAN). La líder liberal ha tenido que pedir perdón a un cantante después de haberle acusado en junio de “antisemitismo” por suspender un concierto en un evento infantil judío en Ámsterdam.
El artista había tomado esa decisión tras encontrarse con carteles y panfletos sionistas en el recinto.
“Amo a la comunidad judía, estoy en contra del sionismo, y eso es lo que se vende aquí. Por eso no puedo tocar”, explicó entonces, antes de recibir amenazas que le obligaron a abandonar el país junto a su familia.
La rectificación de Yeşilgöz llegó sólo después de que el cantante anunciara acciones legales y tras semanas de críticas internas en el VVD. El episodio ha dañado su liderazgo: casi la mitad de los votantes liberales preferiría otro candidato, según un sondeo de RTL Nieuws, lo que la ha relegado en popularidad frente a Timmermans, Wilders o el democristiano Henri Bontenbal.
La convocatoria de estas elecciones anticipadas en Países Bajos se produjo tras la caída del gobierno en junio, después de que Wilders retirara a su formación de la coalición debido a un bloqueo en la aprobación de su paquete migratorio. El gabinete, que lidera el primer ministro Dick Schoof, gobierna desde entonces en funciones sin los ministros del PVV.
Los comicios de octubre se celebrarán en un escenario impredecible, con la izquierda intentando articular un bloque sólido bajo Timmermans, una derecha liberal en crisis de liderazgo y una ultraderecha que busca capitalizar el debate sobre inmigración e identidad. Mientras, la fragmentación partidista sigue siendo una de las señas del sistema político neerlandés.
