"El sistema de mensajería es un medio que usa la gente para conversar, recibir informaciones. Que rece el que lo desee, por favor. Recen por la bendición de su ordenador o el teléfono que utiliza este medio de comunicación", afirmó en una entrevista a la emisora radial Govorit Moskva (Habla Moscú).
Añadió que se trata de una aspiración común de las personas "que utilizan los bienes terrenales para obtener resultados útiles".
"Si la persona desea acercarse a los fundamentos religiosos mediante la oración, eso está bien. Esto se puede aplicar a cualquier objeto, para que le sirva en su ascensión a los cielos. Los principios materiales deben subordinarse a los principios espirituales", sostuvo.
Estas declaraciones tienen lugar horas después de que la senadora Olga Epifánova, presidente de la Unión Social Democrática de las Mujeres de Rusia, defendiese la bendición de tarjetas bancarias.
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"La decisión de la Iglesia Ortodoxa Rusa de bendecir las tarjetas bancarias, por muy raro que suene, es algo que se inscribe bien en la práctica religiosa: desde siempre los creyentes bendecían sus casas, sus automóviles y diversos objetos de uso diario", explicó.
Sin embargo, señaló, esto no implica "riqueza instantánea" ya que la oración no trae dinero inmediato sino ayuda a que en los asuntos diarios primen "el orden y la cordura".
Las autoridades rusas presentaron a mediados de año el nuevo sistema de mensajería MAX, que imita al chino WeChat, con el fin de agrupar los servicios nacionales digitales en una única aplicación.
Según Amnistía Internacional, WeChat se caracteriza por la falta de protección de la privacidad de sus usuarios y contribuye a mermar la libertad de expresión en el país asiático.
Durante los últimos años el Gobierno ruso ha tratado de controlar el acceso a determinado contenido en internet, así como a canales de comunicación y redes sociales.
Este control se incrementó radicalmente con el inicio de la guerra de Ucrania en 2022, cuando el Kremlin prohibió el acceso a determinadas plataformas y servicios web, entre los que se encuentran medios de comunicación opositores y extranjeros, pero también aplicaciones y redes sociales como Facebook e Instagram.
