En un comunicado difundido este miércoles, Minawi acusó a las paramilitares Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR) de "obstaculizar" en las últimas semanas la llegada de más de 20 convoyes de Naciones Unidas y otras ONG internacionales con ayuda humanitaria a Al Fasher, y de "quemar al menos diez camiones con ayuda".
"Se trata de una catástrofe sin precedentes (...) la magnitud del sufrimiento allí (en Al Fasher) supera la de otras zonas de conflicto, incluida la Franja de Gaza, en medio del colapso total de los servicios sanitarios y la falta de hospitales en funcionamiento", dijo Minawi.
Subrayó que esa ciudad del oeste de Sudán, capital de Darfur Norte y único bastión del Ejército en la zona, "atraviesa una crisis humanitaria agobiante, que se agrava a diario debido a los continuos combates y la interrupción de las labores de socorro".
Minawi, aliado del Ejército sudanés, también acusó a las FAR de intentar "separar Darfur (del resto del país) en el marco de un plan de dividir Sudán", en alusión al gobierno declarado recientemente en esa región por una alianza de grupos políticos y militares liderados por los paramilitares para que sea un Ejecutivo paralelo al de Jartum.
Todos los beneficios, en un solo lugar Descubrí donde te conviene comprar hoy
Al Fasher, que acoge campamentos de desplazados por la guerra, es blanco de ataques diarios de las FAR, dado que es la única urbe que sigue en manos del Ejército tras el control por los paramilitares de los cinco estados de la inmensa región de Darfur.
El gobernador hizo un llamamiento para que "la comunidad internacional, encabezada por el Consejo de Seguridad, intervenga urgentemente para abrir corredores humanitarios y garantizar la protección de los civiles en la región", ya que "la inacción para enfrentar esta situación exacerbaría el desastre".
La guerra en Sudán estalló por los desacuerdos entre el Ejército y las FAR en la integración de los paramilitares en las fuerzas regulares, y desde entonces el conflicto ha provocado la muerte de decenas de miles de personas y ha obligado a unos 13 millones de sudaneses a abandonar sus hogares.
