"Los miembros del Comité reconocieron la lentitud en la aplicación de algunos elementos del Acuerdo", señalaron en la reunión, celebrada en Washington, en la que también participó Togo como mediador de la UA, según un comunicado conjunto difundido por el Departamento de Estado de Estados Unidos.
Las discusiones se centraron en los "recientes desafíos" en la implementación del tratado, incluidas denuncias de violencia en el este de la RDC, e identificaron medidas concretas para garantizar el cumplimiento de las disposiciones del acuerdo.
Los Gobiernos de la RDC y de Ruanda reafirmaron además su compromiso de facilitar el retorno de los refugiados de conformidad con los resultados de una reunión ministerial tripartita celebrada el pasado 8 de agosto.
Por otro lado, los miembros del Comité acogieron con satisfacción la celebración de la próxima reunión del Mecanismo Conjunto de Coordinación de Seguridad, que buscará acelerar los esfuerzos para neutralizar el apoyo a las Fuerzas Democráticas para la Liberación de Ruanda (FDLR) y dar pasos hacia la eliminación de las medidas defensivas adoptadas por Ruanda.
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La RDC, no obstante, reiteró que no mantiene una política de apoyo a las FDLR -grupo fundado en 2000 e integrado por hutus ruandeses que habrían participado en el genocidio de Ruanda de 1994- y reconoció la necesidad de adoptar acciones concretas al respecto.
Ruanda, por su parte, expresó su respeto por la integridad territorial de la RDC y reconoció la importancia de garantizar que sus acciones sean coherentes con ese principio.
En este sentido, ambos países reafirmaron su obligación de cesar "de inmediato y sin condiciones" cualquier apoyo estatal a grupos armados no estatales, salvo cuando sea necesario para facilitar la implementación del acuerdo.
El conflicto en el este de la RDC se intensificó a finales de enero pasado cuando el grupo rebelde Movimiento 23 de Marzo (M23), respaldado por Ruanda -según la ONU y varios países occidentales-, tomó el control de Goma, capital de la provincia de Kivu del Norte, y posteriormente de Bukavu, capital de la vecina Kivu del Sur.
No obstante, las perspectivas de una salida negociada del conflicto se reactivaron con la firma en Washington del acuerdo de paz, mientras el pasado 19 de julio el M23 y el Gobierno congoleño rubricaron en Doha una declaración de principios para poner fin a la violencia.
Desde 1998, el este de la RDC sufre un conflicto alimentado por la presencia de grupos rebeldes y el Ejército, pese al despliegue de la misión de la ONU en la RDC (Monusco).
