Lecornu, de 39 años y hasta el lunes ministro de Defensa, avanzó en sus prospecciones con la visita esta mañana a la presidenta de la Asamblea, su compañera en el partido Renacimiento Yaël Braun-Pivet.
"Nuestro país atraviesa un periodo de enormes desafíos. Los franceses esperan de vosotros que sepamos unir nuestras fuerzas antes que marcar nuestras diferencias", declaró en un mensaje en X Braun-Pivet, tras la entrevista con el nuevo jefe de Gobierno.
Este miércoles -día de su entrada en funciones que coincidió además con una jornada de protesta nacional contra la austeridad- Lecornu ya recibió a los partidos de la coalición oficialista (los centristas Renacimiento, Modem y Horizontes) y los conservadores de Los Republicanos (LR).
El primer ministro tiene la intención de proseguir su ronda de consultas con otras fuerzas opositoras, entre las que destacarían por su peso político la ultraderecha de Marine Le Pen y los socialistas, aunque, de momento, no hay agendas públicas sobre esos eventuales encuentros.
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Los que sí se ha filtrado es la entrevista hoy entre Lecornu y el expresidente conservador Nicolas Sarkozy, condenado por corrupción y tráfico de influencias en 2024 y quien está a la espera de un nuevo juicio a finales de septiembre por un caso de financiación ilegal con dinero de la Libia del dictador Muamar El Gadafi en la campaña presidencial de 2007.
El nuevo jefe de Gobierno, un fiel colaborador del presidente francés, Emmanuel Macron, desde que este llegó al Elíseo en 2017, podría tardar varios días o incluso semanas en configurar su equipo ministerial debido a la complejidad de la actual Asamblea Nacional.
Desde las legislativas anticipadas convocadas por Macron en junio de 2024 -tras el batacazo de su partido en las europeas-, el hemiciclo ha quedado fragmentado en tres bloques con prácticamente el mismo peso: el de las izquierdas, el centro y la ultraderecha.
Ante la política de vetos mutuos entre las tres corrientes, los dos gobiernos anteriores no lograron avanzar legislativamente y tuvieron una muy corta vida: el de Michel Barnier, que cayó tras solo tres meses por una moción de censura, y el de François Bayrou, que duró nueve meses hasta perder la moción de confianza el lunes.
Para la diputada Eléonore Caroit, del partido macronista Renacimiento, "el hecho de contar con un primer ministro tan solo horas después de la dimisión del Bayrou es algo positivo". En 2024, Macron dejó pasar casi dos meses hasta nombrar a Barnier, dejando durante ese periodo a un Ejecutivo en funciones.
En declaraciones a EFE, Caroit, una parlamentaria francodominicana que representa a los electores franceses de Latinoamérica, apuntó que Lecornu conoce "mejor" la actual Asamblea Nacional que Barnier y Bayrou, dos septuagenarios que habían estado décadas fuera del hemiciclo.
Y ese conocimiento, unido a su fama de contar con un talante negociador, podría ayudar a obtener los acuerdos necesarios. "Lecornu (como ministro de Defensa) fue capaz de hacer pasar una ley fundamental, la de la reprogramación militar, en una Asamblea muy dividida, y lo hizo dialogando con la izquierda y con la extrema derecha".
Caroit, del ala más progresista de Renacimiento, abogó, no obstante, por buscar consensos con los socialistas antes que con Agrupación Nacional (RN) de Le Pen.
"El RN no es un partido fiable, provocaron la caída de Barnier cuando no tenían muchas razones para hacerlo", recordó la diputada.
Lecornu se topará con su primer prueba de fuego en apenas un mes, cuando tenga que elaborar un plan de Presupuesto que sea del gusto de la mayoría, una tarea para muchos imposible, especialmente por la situación económica de Francia.
Para cumplir con sus compromisos con la UE, París tiene que reducir su déficit público (en 2024 fue del 5,8 % del PIB) para ralentizar la curva de la deuda pública (hoy en el 113 % del PIB).
Bayrou se había marcado una bajada del déficit hasta el 4,6 % en 2026, una meta que se propuso alcanzar con una reducción del gasto público que precisamente terminó por provocar su caída en la Asamblea.
En una entrevista en France Inter, Marylise Léon, la secretaria general del primer sindicato francés (CFDT), advirtió que el eventual Presupuesto de Lecornu ha de ser un texto que contemple "un mejor reparto de los esfuerzos".
