Votaron a favor 324 de los diputados de la coalición gubernamental de cristianodemócratas y socialdemócratas, mientras que en contra se pronunciaron 269 representantes de la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) -el principal partido de la Oposición-, así como los Verdes y La Izquierda.
En condiciones normales, los presupuestos de 2025 deberían haber recibido luz verde el año pasado, pero las negociaciones presupuestarias llevaron entonces a la caída de la coalición encabezada por el socialdemócrata Olaf Scholz, lo que condujo a las elecciones anticipadas del pasado febrero en las que salió elegido canciller el conservador Friedrich Merz.
El documento aprobado este jueves "prevé inversiones récord de 115.000 millones de euros, un 55 % más que el año pasado", enfatizó en su intervención el ministro de Finanzas, Lars Klingbeil.
Frente a las críticas por el aumento de las partidas para la defensa y las infraestructuras, Klingbeil argumentó que es bueno para los alemanes que se invierta en transporte, digitalización, construcción de vivienda social y escuelas, y señaló como la principal prioridad para los ciudadanos relanzar el crecimiento económico para asegurar el nivel de empleo.
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Por su parte, el diputado ultraderechista Rainer Gross denunció lo que calificó de una "orgía de deuda" y acusó al Gobierno de robar del bolsillo de las nuevas generaciones con los créditos extraordinarios que asumirá el Estado.
La suma aprobada este jueves abarca 460 millones de euros menos de gasto de lo que había presupuestado inicialmente el Gobierno en su borrador, después de que la Comisión Presupuestaria realizara algunos recortes el pasado día 4.
Con respecto al borrador, los presupuestos aprobados no contienen cambios en lo que respecta a la recaudación fiscal prevista, que se mantiene en 386.840 millones de euros, mientras que los ingresos restantes se revisaron a la baja en 460 millones de euros hasta 33.920 millones de euros.
Por otro lado, la asunción de créditos se mantuvo sin cambios en 81.870 millones de euros en relación al proyecto presentado en julio por el ministro de Finanzas, aunque a estos hay que sumar otros 60.000 millones de deuda escondidos en los presupuestos extraordinarios para las infraestructuras y la modernización del Ejército.
Más de un tercio del desembolso total del Estado irá a parar al gasto social, aunque de los presupuestos generales también se destinarán 75.000 millones de euros a las inversiones en defensa e infraestructuras.
En el debate que se celebró en el Bundestag este miércoles, el canciller Merz preparó a los ciudadanos para un "otoño de las reformas" y advirtió de que es necesario tomar decisiones fundamentales que determinarán el futuro del país, aunque no mencionó planes concretos de recortes.
El político conservador reiteró una vez más que para poder seguir financiando el Estado del bienestar hace falta garantizar el crecimiento económico, para lo que es a su vez imprescindible movilizar todo el potencial de la fuerza laboral en Alemania.
Por todo ello, dijo Merz, es necesario alcanzar un "nuevo consenso" de lo que significa la justicia social, sin aumentar la carga que llevan los jóvenes y permitiendo a los jubilados una vida digna.
Los presupuestos todavía tendrán que ser aprobados la semana que viene por la Cámara Alta del Parlamento o Bundesrat, cuando el Gobierno empezará a negociar también el borrador de las cuentas para 2026. EFE.
