"El 19 de octubre, el pueblo boliviano hizo escuchar su voz de manera decisiva. Este resultado refleja la voluntad del pueblo boliviano de abrazar el cambio y trazar un nuevo rumbo para su nación y nuestra región, marcando un alejamiento de la mala gestión económica de las últimas dos décadas", reza una declaración conjunta a propósito de los comicios en la nación andina.
En la declaración, difundida por el Ministerio de Relaciones Exteriores de Paraguay en su cuenta de X, felicitan a Paz Pereira por su triunfo electoral y reconocen "al pueblo boliviano por su firme compromiso con la democracia, demostrado -según destacan- a través de su activa participación en este proceso electoral".
"Los países signatarios están preparados para apoyar los esfuerzos de la administración entrante para estabilizar la economía de Bolivia y abrirla al mundo, fortalecer sus instituciones democráticas, impulsar el comercio y la inversión internacional, y profundizar su compromiso con socios regionales y globales en una amplia gama de temas importantes", añade el documento.
Además, los firmantes se dicen "comprometidos a trabajar de manera estrecha" con Paz Pereira y su Gobierno "para avanzar en los objetivos compartidos de seguridad regional y global, prosperidad económica, y crecimiento que beneficien a todas nuestras naciones".
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De igual forma, dijeron acoger "con beneplácito la renovada y proactiva participación de Bolivia en la búsqueda de soluciones a los desafíos regionales y globales".
El futuro gobernante había anticipado durante su campaña que enfrentará la crisis económica del país con un modelo basado en la liberación de exportaciones y el apoyo de "países amigos" para superar la escasez de combustibles.
Paz Pereira, quien asumirá el poder el próximo 8 de noviembre, recibirá un país con una inflación acumulada a septiembre pasado de 18,33 %, muy por encima del 7,5 % proyectado para todo 2025, y una deuda externa de 13.741,7 millones de dólares.
La economía boliviana, que tuvo un crecimiento negativo del -2,40 % en el primer semestre de 2025, la primera contracción económica en 49 años, sufre una persistente falta de dólares y recurrentes problemas de abastecimiento de combustibles.
Mientras el presidente saliente, Luis Arce, proyectó para este año un crecimiento económico del 3,51 %, organismos como el Banco Mundial (BM) auguran un decrecimiento del 0,50 %.
