Firmantes de Compromiso seguridad y resiliencia hídrica piden 130.000 millones de dólares

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Madrid, 23 oct (EFE).- Más de 2.000 millones de personas en el mundo carecen de acceso al agua limpia y más de 3.400 millones no tienen acceso a saneamiento, dos servicios que necesitan 130.000 millones de dólares anuales (112.000 millones de euros) hasta 2030 para incrementar la seguridad y resiliencia hídrica sin dejar a nadie atrás.

Son datos recogidos en el 'Compromiso para la Acción de Madrid' ("Madrid Commitment to Action"), presentado este jueves en Madrid en la clausura de la reunión de ministros y altos representantes de varios países y organizaciones internacionales, una convocatoria organizada por el Gobierno español conjuntamente con la alianza global Saneamiento y Agua para Todos (SWA) y UNICEF.

Los ministros de los sectores del agua y saneamiento conjuntamente con los responsables de clima, medioambiente, sanidad y economía instan en el documento a incrementar la financiación para el abastecimiento de agua y saneamiento, principalmente para los más vulnerables, un derecho recogido en el Objetivo de Desarrollo Sostenible número seis (ODS6).

A cinco años del cierre del plazo de cumplimiento de los ODS establecidos en 2015, los ministros hacen un llamamiento para cerrar la brecha de inversión de más de 130.000 millones de dólares anuales, necesarios para lograr el acceso universal a servicios de agua y saneamiento resilientes a los impactos del cambio climático.

Para ello, instan a los gobiernos, las instituciones financieras de desarrollo, los bancos multilaterales y nacionales de desarrollo, la sociedad civil, los actores del sector privado, las autoridades locales y las comunidades a alinear sus acciones con planes nacionales y subnacionales integrados que conecten las agendas del agua, el saneamiento, el clima y la economía.

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Una petición que se presenta a pocos días del inicio de la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP30) en Brasil, y antes de la celebración de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Agua de 2026 y el examen del Marco de Sendai para la reducción del Riesgo de Desastres.

El documento llama a las partes a actuar "con audacia, movilizar recursos a gran escala y reforzar la coordinación" para acelerar el progreso y hacer realidad el incremento de la seguridad hídrica, la resiliencia y la financiación para el acceso al agua y el saneamiento.

Se subraya la urgencia de fortalecer una gestión adecuada de los recursos hídricos y de coordinar la acción climática para salvaguardar a las comunidades locales, los más vulnerables, los ecosistemas y las economías.

Porque de acuerdo a los datos del documento, en 2023 más de 2.000 millones de personas carecían de agua potable gestionada de forma segura; 3.400 millones carecían de saneamiento gestionado de forma segura; y 1.700 millones no disponían de servicios básicos de higiene en sus hogares.

"No se trata solo de cifras, sino de realidades cotidianas que merman las vidas y socavan las oportunidades", aseguran y subrayan que es "fundamental" el compromiso con la seguridad y el saneamiento para la adaptación al clima, la mitigación, la reducción del riesgo de desastres, la biodiversidad y la estabilidad socioeconómica.

El Compromiso firmado en Madrid es un compromiso político mundial que pretende lograr que el agua y el saneamiento se conviertan en pilares fundamentales de la adaptación climática a los fenómenos meteorológicos -cada vez más frecuentes y con mayor impacto- y del desarrollo sostenible, haciendo especial hincapié en la igualdad de género y en la eliminación de las desigualdades.

Las temperaturas récord cada vez más altas, cambios en los patrones de precipitación, el aumento del nivel del mar y fenómenos meteorológicos extremos alteran el suministro de agua, dañan las infraestructuras, perjudican los ecosistemas y aumentan las vulnerabilidades sobre todo de los más desfavorecidos.

Todos estos aspectos provocan mayor inestabilidad política y económica y desplazamientos de personas, por lo que instan a las reformas institucionales, la innovación en la prestación de servicios, la financiación y la gobernanza inclusiva.

Aseguran que un liderazgo político fuerte al más alto nivel, a través de iniciativas de jefes de Estado y pactos presidenciales, es fundamental para convertir los compromisos en acciones duraderas.

Por ello, el Pacto apoya a los jefes de Estado "comprometidos" para la defensa de una gestión integrada de los recursos hídricos y la resiliencia climática como prioridades políticas máximas a nivel mundial.