Trump apunta al “predominio de EE.UU. en América Latina” con su nueva estrategia de seguridad

Donald Trump, presidente de Estados Unidos.
Donald Trump, presidente de Estados Unidos. 214439+0000 ANDREW CABALLERO-REYNOLDS

WASHINGTON, Estados Unidos. El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, apunta con su nueva estrategia de seguridad nacional al “predominio estadounidense en América Latina”. Las condiciones, militarización, qué dice su Europa y un dato clave sobre Taiwán.

El gobierno de Donald Trump publicó un documento que redefine su estrategia de Seguridad Nacional, donde anticipa la “desaparición de la civilización” europea y aboga por la lucha contra las “migraciones masivas” y la restauración del “predominio estadounidense en América Latina”.

El documento, titulado “Estrategia Nacional de Seguridad”, expone con firmeza el objetivo de reforzar la influencia de Estados Unidos en América Latina, donde la administración Trump ataca presuntas narcolanchas en el Caribe y el Pacífico, busca un cambio de gobierno en la Venezuela de Nicolás Maduro y tomar el control de recursos clave como el Canal de Panamá.

Concebido para desarrollar la visión “America First” (Estados Unidos Primero) de Trump, la nueva estrategia estadounidense marca una reorientación de su política de los últimos años centrada en Asia, aunque sigue identificando a China como su principal competidor.

“Corolario Trump” de la Doctrina Monroe

El documento afirma que Estados Unidos aplicará un “Corolario Trump” a la Doctrina Monroe, de la década de 1820, cuando Washington consolidó su hegemonía frente a los europeos en América Latina, a la que consideraba el “patio trasero” de Estados Unidos.

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Washington reajustará su “presencia militar global para hacer frente a amenazas urgentes en nuestro Hemisferio, y alejarnos de escenarios cuya importancia relativa para la seguridad nacional estadounidense disminuyó en las últimas décadas o años”, reza el texto.

Washington quiere además, bajo la presidencia de Trump, poner fin a las migraciones masivas en el mundo y hacer del control de las fronteras “el elemento principal de la seguridad” estadounidense, de acuerdo al documento.

“La era de las migraciones masivas debe llegar a su fin. La seguridad de las fronteras es el elemento principal de la seguridad nacional”, señala la nueva estrategia.

“Debemos proteger a nuestro país contra las invasiones, no solo contra las migraciones descontroladas, sino también contra las amenazas transfronterizas como el terrorismo, las drogas, el espionaje y la trata de personas”, agrega.

Johann Wadephul, ministro de Exteriores de Alemania.
Johann Wadephul, ministro de Exteriores de Alemania.

Europa “irreconocible” en 20 años

En el documento, Washington también critica duramente a los aliados europeos y señala que Estados Unidos respaldará a quienes se opongan a los valores promovidos por la Unión Europea, especialmente en materia de migración.

El gobierno afirma que cultivará una “resistencia a la trayectoria actual de Europa” dentro de las propias naciones europeas.

Alemania respondió rápidamente, diciendo que no necesita “consejos externos”.

Bloquear participación de la UE

El documento apunta la disminución de la participación de Europa en la economía global -que es en gran parte resultado del ascenso de China y otras potencias emergentes- y dijo: “Este declive económico está eclipsado por la perspectiva real y marcada de la desaparición de la civilización”.

“Si las tendencias actuales continúan, el continente será irreconocible en 20 años o menos”.

En momentos en que Trump busca poner fin a la guerra en Ucrania con un plan que sería favorable a Rusia, su gobierno acusa en el documento a los europeos de debilidad y afirma que Estados Unidos debería centrarse en “poner fin a la percepción, y prevenir la realidad, de la OTAN como una alianza en perpetua expansión”.

China y Oriente Medio

El texto añade que Estados Unidos también impediría que otras potencias dominen, pero precisó: “Esto no significa desperdiciar sangre y recursos para limitar la influencia de todas las grandes y medianas potencias del mundo”.

Sobre China, la estrategia reitera los llamados a una región Asia-Pacífico “libre y abierta”, pero se centra más en la competencia económica que supone el gigante asiático.

Tras mucha especulación sobre si Trump cedería en el tema de Taiwán, isla de régimen democrático que Pekín reclama como propia, la estrategia deja claro que Estados Unidos apoya el statu quo, pero instó a los aliados Japón y Corea del Sur a contribuir más para garantizar la defensa de Taiwán.

 Lai Ching-te, el presidente de Taiwán.
Lai Ching-te, el presidente de Taiwán.

Poca atención en Medio Oriente

La estrategia presta relativamente poca atención a Oriente Medio, que durante mucho tiempo ha acaparado la atención de Washington.

Señalando el aumento de la producción de energía en Estados Unidos, el documento afirma que “la razón histórica de Estados Unidos para centrarse en Oriente Medio disminuirá”.

Oriente Medio ya no es “la fuente potencial de catástrofes inminentes que solía ser”, sino que “más bien está emergiendo como un lugar de asociación, amistad e inversión”, afirma el documento, que afirma sin embargo que la seguridad de Israel sigue siendo una prioridad para Washington.