"Parece que estuvo motivado por la ideología del Estado Islámico. La ideología que ha existido durante más de una década y que condujo a esta ideología de odio y, en este caso, a la disposición para cometer asesinatos en masa", dijo Albanese en una entrevista con la cadena pública ABC.
El mandatario calificó el ataque, perpetrado presuntamente por un padre y su hijo, como un acto "meticuloso, calculado y a sangre fría", que ha conmocionado al país y golpeado uno de los lugares más emblemáticos de Australia. "No es quienes somos como nación. Somos un país que abraza la tolerancia y el respeto", señaló.
El jefe del Gobierno indicó que las investigaciones, encabezadas por la Policía de Nueva Gales del Sur junto al Equipo Conjunto Antiterrorista, apuntan a una planificación detallada del atentado y a la ausencia, por ahora, de vínculos directos con otras células.
No obstante, remarcó que la investigación sigue abierta con la participación de la Policía Federal Australiana, la agencia de inteligencia interna ASIO y socios internacionales del grupo Five Eyes, alianza internacional de inteligencia.
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Albanese confirmó que el hijo, identificado como Naveed Akram y actualmente en coma, fue investigado en 2019 por posibles vínculos con el Estado Islámico, aunque entonces no se le consideró una amenaza activa.
"ASIO lo investigó y no quedó sujeto a monitoreo continuo. Si hubo una radicalización posterior, eso es parte de lo que se está analizando ahora", explicó. El padre, Sajid, también había sido entrevistado entonces, según Albanese.
El jefe de la Policía de Nueva Gales del Sur, Mal Lanyon, confirmó este martes en una rueda de prensa que ambos sospechosos habían viajado en meses anteriores a Filipinas, aunque no indicó el motivo de su viaje. Según detallaron medios locales, podrían haber recibido entrenamiento militar en la nación asiática.
Las autoridades informaron de que en el vehículo del atacante, el joven de 24 años Naveed Akram, fueron halladas dos banderas del Estado Islámico de fabricación casera, así como artefactos explosivos improvisados, según indicó el comisionado Lanyon, quien subrayó que la investigación sigue en curso para esclarecer los motivos del ataque.
"Seguimos trabajando para determinar qué motivó esta tragedia y es fundamental que los investigadores dispongan del tiempo necesario para hacerlo", afirmó.
El primer ministro sostuvo que el ataque tuvo un componente antisemita y defendió las medidas adoptadas por su Gobierno para combatir el odio, entre ellas la prohibición de símbolos nazis, la creación de un enviado contra el antisemitismo, un registro nacional de delitos de odio y el refuerzo de los controles migratorios para detectar actitudes extremistas.
"Queremos erradicar el antisemitismo. Ese es el objetivo", afirmó.
