"Este es un asunto muerto. No cuenta con el apoyo suficiente", afirmó el líder ultranacionalista en Bruselas a la prensa, y agregó que no excluye que en la reunión del Consejo de hoy "se intentará volver a poner sobre la mesa", pero opinó que a pesar de ello el tema no avanzará.
Orbán se opone desde hace meses al uso de unos 210.000 millones de euros en activos rusos congelados en la UE por las sanciones impuestas a Moscú tras la invasión de Ucrania.
El Consejo de la UE acordó el viernes pasado la propuesta que abre la puerta a la congelación indefinida de los activos, sin necesidad de renovar ese bloqueo cada seis meses, basándose en poderes de emergencia para eliminar el riesgo de que se produzcan los vetos de países como Hungría o Eslovaquia, más cercanos a Moscú.
Orbán, el líder comunitario más cercano a Moscú, reiteró este jueves que el uso de los activos rusos equivaldría a "una declaración de guerra".
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"Debemos financiar la paz y no la guerra", subrayó el primer ministro, que suele acusar a sus socios comunitarios de belicistas y evita cualquier crítica a Rusia.
Por otra parte, Orbán recalcó que se opone también a un crédito conjunto de la UE para apoyar a Ucrania y afirmó que tampoco cuenta con mandato del Parlamento húngaro para aceptar esa propuesta.
Bélgica, donde se encuentra la gran mayoría de estos activos inmovilizados, mantiene su veto a la propuesta por temor a represalias de Moscú y ha cuestionado el uso de los poderes de emergencia para inmovilizar de forma indefinida los activos sujetos a sanciones.
