El velorio tuvo lugar en el Palacio de Cristal del Centro Cultural Itchimbía, en la capital, donde se instaló el féretro del expresidente con una bandera nacional que cubría el ataúd y una fotografía de Borja a uno de los lados.
Junto a sus familiares cercanos, como sus hijos, nietos y viuda Carmen Calisto (primera dama entre 1988 y 1992), destacó la presencia de Guillermo Landázuri, Paco Moncayo y Wilma Andrade, todos rostros conocidos de la Izquierda Democrática, la formación política fundada por Borja.
Landázuri, líder histórico del partido, señaló que quiso “honrar la memoria de un gran líder histórico” que “enrumbó la economía, recuperó el prestigio internacional del país y fue una figura mundial”, según declaró a los medios.
Añadió que el mejor homenaje que se le podría rendir es que “resurja un nuevo partido Izquierda Democrática, con líderes honestos y competentes”.
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“Ecuador se equivocó eligiendo a Lucio Gutiérrez”, afirmó en referencia a las elecciones de 2003, en las que Borja fue derrotado por el entonces candidato.
El exalcalde de Quito y excandidato presidencial Paco Moncayo, definió al expresidente como un “hombre de principios”, con una ideología socialdemócrata que defendió la justicia social en todo momento.
“Esa lealtad a sus principios se reflejó en una Presidencia de excelencia, una Presidencia en la que el país progresó y en la que las relaciones con todos los grupos humanos fueron fluidas”, señaló.
Moncayo destacó además que Borja perteneció a una generación de políticos formados que no accedían al Palacio de Carondelet (sede de la Presidencia) recién salidos de la universidad o de la empresa privada.
“El doctor Borja, como ustedes saben, fue diputado, fue legislador y fue presidente (…) su obra, su trabajo y su legado van a quedar en el pueblo ecuatoriano como un gran aporte a los avances que ha habido en lo social y, por supuesto, en lo político”, concluyó.
Wilma Andrade, actual embajadora de Ecuador en España, afirmó sentir un “dolor profundo”, aunque subrayó que Borja deja un “legado enorme de ética, de moral, de servicio público con honradez”.
“Deja la enseñanza de que se puede hacer política de la buena, que se puede servir al país con total honestidad, pero también con mucha preparación”, añadió.
Borja, fundador y líder histórico de la Izquierda Democrática, referente de la socialdemocracia ecuatoriana, fue un férreo defensor de la integración latinoamericana y el respeto a la soberanía nacional.
Asumió la jefatura del Estado el 10 de agosto de 1988, convirtiéndose así en el primer socialdemócrata en lograr el cargo, para suceder al socialcristiano León Febres Cordero.
Aunque gobernó en un período complejo caracterizado por dificultades económicas y tensiones sociales, su administración se distinguió por el respeto a la democracia, la libertad de expresión y el pluralismo político.
Además, en 2007 fue designado como el primer Secretario General de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur), organismo creado para impulsar la integración regional, aunque renunció poco después.
