"Esta decisión da a Ucrania certeza financiera para los próximos años", dijo durante su visita oficial a Polonia este viernes Zelenski, quien explicó que el dinero se dedicará sobre todo a reforzar las capacidades militares del país si sigue la guerra y a la reconstrucción si el presidente de EE.UU., Donald Trump, tiene éxito en su empeño en que se firme la paz.
Zelenski ha valorado además que los activos rusos quedaran la pasada semana inmovilizados de manera indefinida -hasta entonces su congelación había que renovarse cada seis meses- en virtud de una maniobra legal de la UE para evitar que un posible veto de Hungría liberara los activos obligándolos a devolverlos a Rusia.
El cambio de tono de Zelenski ha sido explicado mejor que nadie este viernes por el viceministro de Exteriores ucraniano Serguí Kislitsia.
"En efecto, hay momentos en que hay que recordar que 'lo perfecto es enemigo de lo bueno'", escribió el diplomático en su cuenta de X.
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Según cálculos del Fondo Monetario Internacional (FMI) Ucrania necesita más de 136.000 millones de euros en los próximos dos años para poder seguir funcionando como Estado y continuar defendiéndose de la agresión rusa.
La UE contribuirá a tapar el agujero con 90.000 millones de euros que podían haberse obtenido de los 210.000 millones de euros en activos rusos inmovilizados en su jurisdicción.
La oposición a dar el paso de Bélgica, el país donde están depositados la mayor parte de estos activos, por miedo a las consecuencias legales y financieras de las previsibles acciones legales rusas hizo que el Consejo Europeo descartara esta opción preferida por Kiev, por la Comisión Europea y por Alemania.
Ucrania aspiraba a financiarse con los activos rusos congelados en Europa como represalia a Moscú por la invasión para hacer pagar al país agresor por la guerra.
Kiev temía además que la alternativa de emitir más deuda se topara con el veto de gobiernos hostiles o escépticos hacia su causa como los de Hungría, Eslovaquia o la República Checa, pero el acuerdo alcanzado tras 16 horas de reunión en Bruselas excluye a estos tres países del mecanismo con el que se enviará el dinero a Ucrania a cambio de que no lo bloqueen.
En un mensaje publicado en su cuenta de X, el ministro de Finanzas ucraniano, Serguí Marchenko destacó la importancia capital de la aprobación de la ayuda y destacó las condiciones favorables en que Ucrania recibirá este nuevo crédito.
"Los fondos son de facto no reembolsables y libres de interés para Ucrania y apoyarán las necesidades presupuestarias y de defensa", escribió Marchenko en referencia al hecho de que la UE ha supeditado recuperar el dinero a que Rusia acabe pagando reparaciones por su agresión a Ucrania.
El hecho de que la UE no haya tocado los activos rusos para ayudar ahora a Ucrania también podría tener impacto en las negociaciones de paz que impulsa el presidente Donald Trump.
Washington plantea la posibilidad de utilizar los activos rusos como moneda de cambio en el proceso de paz, si bien EE.UU. no tiene jurisdicción para decidir sobre los activos congelados fuera de su sistema financiero.
El experto en seguridad del Instituto para el Futuro de Kiev Vladislav Martiniuk considera que la posición de EE.UU. ha podido ser un factor que -junto a la firme oposición de Bélgica- haya influido en que los Veintisiete no se hayan decidido a usar los activos para ayudar a Ucrania.
"Como EE.UU. está interesado en este proceso la UE no se ha arriesgado a actuar simultáneamente tanto contra Rusia como contra EE.UU.", dijo Martiniuk a EFE.
Entre los gobiernos europeos que apoyaron la posición de Bélgica sobre los activos rusos destaca el de Italia, liderado por la aliada de Trump Giorgia Meloni.
Medios estadounidenses aseguran que la Administración Trump ha presionado a los europeos para que no dieran el paso de confiscar los activos rusos.
Pese a la importancia vital que el crédito de la UE tiene para Ucrania, Martiniuk advierte que los 45.000 millones de euros a Kiev para cada uno de los próximos dos años cubren "sólo parcialmente las necesidades financieras de Ucrania y no eliminan sus problemas económicos e institucionales sistémicos".
