El Patriarca Latino de Jerusalén presidió en Gaza misa de Navidad en la parroquia católica

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Gaza, 21 dic (EFE).- El Patriarca Latino de Jerusalén, el cardenal Pierbattista Pizzaballa, presidió este domingo la misa de Navidad en la única parroquia católica de la Franja de Gaza, y aseguró que para él es una "gran lección" que tras dos años de bombardeos israelíes los palestinos puedan celebrar estas fiestas.

"Para mí es una gran lección que incluso aquí en Gaza, en la situación quizá más deprimente del mundo, es posible celebrar la Navidad", aseguró Pizzaballa ante los medios a la entrada de la Iglesia de la Sagrada Familia, bajo el zumbido de los drones israelíes.

Pizzaballa, de la orden franciscana, es la máxima autoridad católica en Tierra Santa. Su título de Patriarca Latino de Jerusalén, desde 2020, le convierte en el representante del papa en la zona y quien supervisa las iglesias de rito latino en Israel, Palestina, Jordania y Chipre.

En Gaza, la comunidad cristiana está compuesta por alrededor de un millar de personas, la mayoría de la rama greco-ortodoxa y tan solo unos 180 católicos. Estos últimos se refugian desde hace casi un año en esta iglesia y otro recinto religioso de la capital gazatí, en lugar de haber huido al sur como les exigió el Ejército israelí.

"La situación de la comunidad cristiana (en Gaza) no es muy diferente de las otras. Lo han perdido todo y están viviendo aquí de una manera muy precaria", añadió el prelado.

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Pizzaballa añadió que la Iglesia, ante todo, está centrada ahora en habilitar los colegios de la Franja -"no hay futuro sin educación", aseguró-, en apoyar junto a otras organizaciones el devastado sistema sanitario y, en tercer lugar, la disposición de viviendas para los casi dos millones de gazatíes forzosamente desplazados.

El principal hito navideño en Tierra Santa tiene lugar con la celebración de la misa del gallo, a medianoche de Nochebuena, en la Iglesia de la Natividad de Belén, construida en el lugar donde los cristianos creen que nació Jesucristo.

Sin embargo, en una Franja cercada y bajo control militar israelí, los gazatíes no tienen permiso para viajar ni para abandonar el enclave; muchas veces ni siquiera en el caso de evacuaciones médicas a hospitales en Jerusalén o Cisjordania ocupada.