Hay una "transformación de los flujos migratorios marcada por retornos forzados, estancamiento en países de tránsito y falta de acceso a servicios esenciales" en América Latina y el Caribe, que atraviesa "una crisis multidimensional" en la que convergen fenómenos como la "violencia generalizada, conflictos armados, economías debilitadas y desplazamientos internos y transfronterizos que están reconfigurando los patrones de movilidad humana".
Plan explicó en un comunicado que aunque la nueva política inmigratoria de EE.UU. - sustentada en un plan de deportación masiva y normas que dificultan la permanencia de los inmigrantes - ha "reducido notablemente el tránsito sur-norte, la movilidad no se ha detenido" y esta persiste aunque en "niveles mínimos".
Y emerge "un flujo norte-sur particularmente grave: familias que regresan sin recursos tras haber enfrentado violencia y abusos en el camino. Este retorno las expone a una situación de doble riesgo, marcada por la acumulación de pérdidas, la incertidumbre sobre su futuro y la falta de acceso a servicios básicos de salud, educación y protección".
"Estamos frente a un escenario donde la movilidad humana adopta formas más complejas y peligrosas. Hoy vemos flujos que cambian de dirección, familias atrapadas durante meses sin respuestas, y comunidades retornadas en condiciones de extrema vulnerabilidad. Esto exige reconocer la magnitud de la crisis y actuar con urgencia", afirmó la Gerente Regional de Preparación y Respuesta Humanitaria de Plan International en América Latina y el Caribe, Daniela Montesinos.
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La ONG señaló que en países como Honduras, Guatemala y México, miles de personas migrantes "permanecen varadas durante largos periodos sin claridad sobre rutas de integración o retorno, y sin acceso garantizado a servicios esenciales.
Ante este escenario, Plan hace un llamamiento a los Estados, organismos internacionales y donantes a reforzar la recolección de datos, garantizar retornos seguros, facilitar el acceso a servicios de salud, educación y protección en países de tránsito, y asegurar intervenciones que atiendan las necesidades diferenciadas de familias especialmente aquellas con niñas, niños y adolescentes en contextos de movilidad humana.
"En un escenario de presiones simultáneas, proteger a las poblaciones en movilidad es una obligación urgente y un pilar esencial para la estabilidad futura de la región", afirmó la ONG global.
