Homenajes a la Transición y a las víctimas del franquismo, llamamientos a no olvidar pero también el resurgimiento de ciertos nostálgicos de la dictadura y su simbología han traído a la actualidad aquellos tiempos y a sus dos protagonistas: un agonizante Francisco Franco y un principiante Juan Carlos I.
España ha vuelto a recordar aquellos históricos momentos en los que, tras 40 años de dictadura, un emocionado Carlos Arias Navarro pronunciaba en televisión solemnemente el "Españoles, Franco ha muerto"; y ha rememorado también cómo, dos días después, el 22 de noviembre de 1975, Juan Carlos I fue proclamado rey y pronunció un discurso en el que se comprometió a serlo de todos los españoles: había empezado una nueva etapa de la historia de España.
Cincuenta años después de esos complicados momentos de los inicios de la Transición, Juan Carlos I, de 87 años y que fue rey de España durante 39, lleva ya más de un lustro viviendo fuera del país, en un "exilio" en Abu Dabi provocado por escándalos financieros y personales y después de que abdicara en su hijo, Felipe VI, en 2014.
Pero a pesar de la distancia, su presencia en los medios de comunicación ha sido muy destacada por la publicación de sus memorias y por declaraciones en varias entrevistas y en un vídeo en redes sociales.
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Entre otras muchas cosas, en este libro, 'Reconciliación', habla de su relación con Franco, sin ocultar cierta simpatía por el dictador. Repasa su vida y la de España en esos años, reivindica su legado, su aportación a la democracia, a la Transición y al desarrollo del país, además de ajustar algunas cuentas.
Con motivo de este 50 aniversario del final de la dictadura y el principio de la Transición, en 2025 el Gobierno de Pedro Sánchez quiso llevar a cabo un centenar de actos reivindicando la vida en democracia con la campaña 'España en libertad-50 años'.
Ha sido una ocasión para recordar que en España llegó a haber cerca de 6.000 fosas con víctimas de la guerra civil y el franquismo, pero solo unas 1.500 han sido exhumadas, unas cifras que reflejan el dolor de miles de familias que, medio siglo después de la muerte de Franco, no han podido recuperar aún los restos de sus seres queridos.
Paralelamente se ha visto un resurgimiento de la simbología franquista: banderas preconstitucionales, vídeos virales de jóvenes cantando el 'Cara al sol' o brazos en alto que acompañan a encuestas como la del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), según la cual el 17,3 % de los españoles cree que el actual régimen democrático es peor o mucho peor que la dictadura franquista; y el 21,3 % piensa que aquella etapa fue buena o muy buena. Y lo mismo opinan un porcentaje similar de los jóvenes españoles.
A la juventud española se dirigió precisamente Juan Carlos I en diciembre en un aún más polémico vídeo poco antes de la publicación de sus memorias en España para pedir que apoyaran a su hijo, el rey Felipe VI, unas imágenes de las que la Casa Real no tenía noticia y que consideraron que no era ni necesario ni oportuno.
El vídeo, en el que el rey emérito aparecía solo, sentado en una silla, con una gran bandera española ondeando detrás de él, reivindicaba además el papel que desempeñó en la Transición, días después de que se celebraran los actos oficiales para conmemorar la reinstauración de la Monarquía en España, unas celebraciones a las que no fue invitado.
Y es que el 21 de noviembre el Palacio Real acogió una acto de conmemoración en el que la reina Sofía, el expresidente del Gobierno Felipe González y los padres de la Constitución Miquel Roca y Miguel Herrero y Rodríguez de Miñón fueron protagonistas al recibir de manos del rey Felipe el Toisón de oro por su dedicación y entrega a la democracia y a la Corona.
El rey emérito, 50 años después, tuvo que conformarse con un almuerzo familiar y privado en el Palacio de El Pardo.
