Fernández permanece en el sanatorio privado Otamendi desde el 20 de diciembre, cuando fue trasladada a esa clínica para ser operada de urgencia por apendicitis.
De momento, no se ha informado cuándo la exmandataria, de 72 años, podría recibir el alta médica y regresar a su casa en Buenos Aires, donde cumple desde junio pasado bajo el régimen de prisión domiciliaria con una condena a seis años de cárcel por irregularidades en la concesión de obras viales.
De acuerdo al más reciente parte médico difundido por el sanatorio Otamendi en la tarde del viernes último, Fernández "continua su evolución del cuadro de apendicitis aguda con peritonitis localizada".
"La paciente presenta íleo posoperatorio. Se mantiene con drenaje peritoneal y tratamiento antibiótico endovenoso", expresó el comunicado difundido por el centro de salud.
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El íleo es una parálisis temporal del intestino, una complicación postoperatoria común, pero que, según el comunicado del sanatorio Otamendi, obliga a la exmandataria a una dieta líquida, sin poder ingerir alimentos sólidos.
Según informó el centro médico, permanecerá en la institución "hasta la resolución del cuadro".
Fernández fue trasladada el 20 de diciembre al hospital por recomendación médica ante un agudo dolor abdominal, en lo que constituyó su primera salida desde que cumple con la prisión domiciliaria.
La exmandataria y dirigente peronista fue ingresada y luego sometida a exámenes que concluyeron que sufría una apendicitis aguda con peritonitis localizada, por lo que se decidió intervenirla.
Para poder ser trasladada a la clínica desde el domicilio del barrio capitalino de Constitución donde cumple la condena debió recibir una autorización judicial.
La condena contra Fernández quedó firme el 17 de junio pasado, tras la ratificación de la sentencia en el caso conocido como 'Vialidad', en el que fue declarada culpable de irregularidades en la concesión de obras públicas en la provincia de Santa Cruz durante su Gobierno (2007-2015) y el de su difunto esposo, Néstor Kirchner (2003-2007).
A los seis años de prisión se suma además la inhabilitación perpetua para ejercer cargos públicos.
Desde el pasado 6 de noviembre, Fernández afronta un nuevo juicio -al que asiste virtualmente- por la causa de corrupción conocida como 'los cuadernos de las coimas', en la que se la acusa de liderar una asociación ilícita de 86 personas para recaudar sobornos de empresarios a cambio de contratos públicos entre 2003 y 2015.
