La ofensiva llevó a que la coalición militar liderada por Riad -y en la que también está EAU-, creada para combatir a los rebeldes hutíes, lanzara el pasado viernes ataques de advertencia contra posiciones del CTS en la provincia de Hadramut -muy rica en petróleo-, algo insólito en el conflicto que asola el país árabe desde hace más de una década.
La alianza avisó de que responderá a cualquier movimiento militar separatista, al tiempo que llamó a que el grupo se retirara "pacíficamente".
Pero, ¿quiénes son los secesionistas y por qué lanzan ahora estas acciones pese a estar supuestamente en el mismo bando "antihutí" que el Gobierno yemení reconocido internacionalmente?
En 2017, Aidarus al Zubaidi formó el Consejo de Transición Sureño, un grupo armado respaldado militarmente y económicamente por Abu Dabi.
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Su creación vino después de que el político fuera destituido como gobernador de la ciudad costera de Adén, sede actual del Gobierno reconocido por la ONU en el Yemen, tras la captura de la capital Saná por los hutíes en 2015.
Adén era la capital de Yemen del Sur (1967-1990), un Estado que el CTS busca reavivar para formar, de nuevo, ese país independiente.
En su momento, para calmar las aguas y como los saudíes sabían que Al Zubaidi no daría tan fácilmente el control de Adén, dejaron que dominara militarmente la urbe.
En 2022, el que era el presidente reconocido del Yemen, Abdo Rabu Mansur Hadi - quien destituyó a Al Zubaidi - renunció a su cargo bajo presión de Riad, dejó vía libre al Consejo de Liderazgo Presidencial del Yemen, órgano colegiado que es quien ejerce la labor de Gobierno reconocido.
Allí, los dos nombres fuertes son el líder del consejo, Rashad al Alimi -prosaudí-, y el propio Al Zubaidi, su vicepresidente, todo bajo la idea de que se iba a reemplazar el liderazgo ineficaz de Hadi y crear un equilibrio político dentro de la coalición.
Pero durante estos años, ese nuevo liderazgo también ha sido ineficaz en su principal objetivo, acabar con los hutíes, y afrontó además tensiones internas y tribales en otras zonas del país, incluida Hadramut, donde ahora se ha revelado esta situación.
Al Alimi dijo que estos avances de los separatistas sureños -en Hadramut y Al Mahra- corren el riesgo de "socavar al Gobierno reconocido internacionalmente y podrían reavivar luchas internas que, en última instancia, beneficiarían a los rebeldes hutíes y a los grupos terroristas respaldados por Irán".
Pero los separatistas hicieron estos movimientos militares en el terreno precisamente, según el CTS, porque el Gobierno ha hecho poco para combatir a los hutíes. También dicen que un Yemen del Sur separado sería más eficaz contra los hutíes y también para proteger la costa, que domina la entrada del mar Rójo desde el océano Índico.
Este nuevo conflicto reavivado en un país devastado por la guerra ha aumentado la presión sobre las relaciones entre Arabia Saudí y EAU, país que controla otros puntos del Yemen, como la estratégica isla de Socotra.
Ante las reacciones de los diferentes países por las tensiones en el país, EAU aplaudió en un breve comunicado los esfuerzos saudíes en apoyo a la seguridad del Yemen, aunque no mencionó la otra demanda de los saudíes: la retirada del CTS de las zonas ocupadas.
Y es que en caso de que el CTS no retire sus fuerzas, Arabia Saudí advirtió que una escalada podría tener "consecuencias indeseables".
Igualmente, se está trabajando para dicha desescalada con un equipo militar conjunto saudí-emiratí, enviado por Riad a Adén que las fuerzas vinculadas al CTS regresen a sus posiciones previas a la ofensiva de este mes.
Según el plan propuesto, los campamentos militares dentro de las dos provincias serían entregados a las Fuerzas del Escudo Nacional, respaldadas por Arabia Saudí, y a las autoridades locales bajo procedimientos organizados y la supervisión de la coalición, de acuerdo con el Gobierno saudí.
