La chef Carolina Sánchez cocina para combatir la desnutrición infantil en Latinoamérica

/pf/resources/images/abc-placeholder.png?d=2395

Quito, 29 dic (EFE).- La chef ecuatoriana Carolina Sánchez, ganadora de una estrella Michelin y colaboradora del Programa Mundial de Alimentos de las Naciones Unidas (WFP, por sus siglas en inglés), compartió que una buena alimentación es clave para el desarrollo de la infancia y el futuro de las sociedades. Para ella, comer bien va mucho más allá de saciar el hambre.

“Tener una excelente alimentación significa ir con fuerza a la escuela, con ilusión, pero realmente el alimento es la base para que los niños puedan ser alguien en el futuro”, indicó la chef en una entrevista con EFE.

En América Latina y el Caribe, acceder a una alimentación saludable se ha convertido en un reto cada vez más difícil para millones de personas, especialmente por el alto costo de los alimentos nutritivos.

Desde su experiencia en la gastronomía, Sánchez busca transmitir mensajes de salud nutricional a través de la cocina, utilizando recetas como una herramienta educativa y social.

“Desde mi visión me gusta poder comunicar con mis recetas la parte del toque nutricional que pueden tener distintos alimentos”, señaló.

Todos los beneficios, en un solo lugar Descubrí donde te conviene comprar hoy

De acuerdo con el informe del Estado de la Seguridad Alimentaria y la Nutrición en el Mundo (SOFI, por sus siglas en inglés), la región registra la dieta saludable más cara del mundo, con un gasto promedio de 4,56 dólares por persona al día en 2024, una cifra que supera las posibilidades de muchos hogares.

En este contexto, el trabajo de la chef Sánchez cobra aún más relevancia: su voz y su compromiso ayudan a visibilizar por qué garantizar acceso a alimentos nutritivos no es un lujo, sino un derecho. Su defensa de la cocina local, sostenible y nutritiva recuerda que detrás de cada plato hay una oportunidad para transformar vidas y avanzar hacia una región sin hambre.

La chef afirmó que las comidas escolares no sólo llenan platos: “llenan aulas, impulsan el aprendizaje y fortalecen las economías”.

WFP compartió que una buena nutrición durante los primeros días de vida “puede generar hasta un 3 % de crecimiento del PIB nacional”.

Para la institución, elegir ingredientes saludables en la alimentación diaria contribuye a reducir el riesgo de obesidad, un problema que en América Latina y el Caribe puede generar pérdidas económicas de hasta un 16,3 % del PIB.

En cuanto a las infancias, Sánchez recordó que uno de los ejes centrales de WFP es visibilizar la importancia de los primeros 1.000 días de vida de una persona, etapa determinante para el desarrollo físico y cognitivo. Dicha etapa va desde el embarazo hasta los dos años de vida y afirma que es una ventana única para garantizar salud y desarrollo.

A través de la colaboración con el Programa Mundial de Alimentos, buscan que las recetas lleguen a distintos hogares, sin importar su nivel socioeconómico.

“Lo que se quiere con esta colaboración es hacer recetas que puedan llegar a muchos hogares: desde familias de escasos recursos, hasta familias que pueden tener un poco más de acceso”, explicó la chef ecuatoriana.

Sobre el concepto de seguridad alimentaria, la chef enfatizó que no se trata únicamente de tener comida disponible, sino de garantizar su calidad nutricional, así como prevenir enfermedades y promover la salud.

Al referirse a los retos actuales para garantizar una alimentación adecuada, Sánchez apuntó a la desinformación como uno de los principales obstáculos, especialmente al momento de elegir alimentos verdaderamente nutritivos frente a la comodidad de la comida ultraprocesada.

La frase que guía su trabajo, “invertir en nutrición es invertir en el futuro”, responde a la urgencia de atender una problemática que afecta de manera grave a América Latina y el Caribe, según dijo.

La asesora regional de nutrición de WFP, Carla Mejía, alertó que la nutrición en América Latina y el Caribe enfrenta una doble crisis: mientras persiste la desnutrición infantil, crecen de forma acelerada el sobrepeso y la obesidad, especialmente en niños.

En ese marco, aunque la región ha avanzado en seguridad alimentaria, el alto costo de una dieta saludable empuja a muchas familias a consumir alimentos ultraprocesados, lo que impacta la salud y el desarrollo económico de los países, declaró Mejía.

La asesora de nutrición subrayó que invertir en nutrición temprana es una de las decisiones más rentables para los países y llamó a una mayor coordinación entre sectores para enfrentar la malnutrición en todas sus formas.